En una ceremonia realizada este jueves en Dakar, Francia transfirió oficialmente el control de su mayor base militar en Senegal, Camp Geille, marcando el fin de su presencia militar permanente en el país. La entrega de las instalaciones, incluida la terminal aérea militar del aeropuerto de la capital, simboliza también el cierre de los Elementos Franceses en Senegal (EFS), conformados hasta ahora por unos 350 militares dedicados principalmente a la cooperación con las fuerzas armadas locales.
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El jefe del Estado Mayor de Senegal, general Mbaye Cissé, y el comandante del Ejército francés para África, general Pascal Ianni, encabezaron el acto. En él se escenificó la entrega simbólica de las llaves de Camp Geille, ubicado en el barrio de Ouakam, y que hasta ahora albergaba el puesto de mando conjunto y una unidad de cooperación regional.
UNA RELACIÓN QUE SE REMONTA A 1960
La presencia militar francesa en Senegal se estableció en 1960, año de la independencia del país, y se mantuvo a través de acuerdos bilaterales de defensa. Durante décadas, Francia desempeñó un rol clave en la formación de las fuerzas armadas senegalesas, especialmente entre 1960 y 1974. En 2011, Francia reemplazó a las Fuerzas Francesas del Cabo Verde por los Elementos Franceses en Senegal (EFS), y al año siguiente firmó un nuevo tratado que consolidó una cooperación militar sin tropas de combate.
FIN ANUNCIADO Y CONSENSO BILATERAL
El retiro progresivo de Francia comenzó en marzo de este año, con la devolución paulatina de instalaciones. No fue una sorpresa: ya en 2024, el entonces recién electo presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, había anunciado que pondría fin a toda presencia militar extranjera en 2025, en nombre de la soberanía nacional. “Senegal es un país independiente, y la soberanía no es compatible con bases extranjeras en su territorio”, declaró Faye, aunque subrayó que no se trataba de una ruptura, sino de una relación transformada en un “partenariado renovado”.
UN PATRÓN REGIONAL
La retirada de Senegal se suma a una serie de decisiones similares adoptadas en los últimos años por Francia, que desde 2022 ha cerrado sus bases en Malí, Burkina Faso, Níger, Chad y Gabón. En este último caso, la base fue reconvertida en un centro de formación compartido con las autoridades locales. Estos movimientos responden al creciente rechazo hacia la influencia francesa en varios países africanos, particularmente tras el ascenso de juntas militares hostiles a París en el Sahel.
En este nuevo escenario, Francia mantiene como principal punto estratégico su base en Yibuti, en el Cuerno de África, donde se concentra ahora su proyección militar en el continente, tras el repliegue forzado o negociado en África Occidental.