El Departamento de Justicia de Estados Unidos decidió no tomar el control total de la policía de la capital del país -Washington DC- luego de que el fiscal general del Distrito de Columbia, Brian Schwalb, demandó a la Administración de Donald Trump por lo que considera una «toma hostil» de la Policía por parte el Gobierno federal en la campaña emprendida por el republicano contra el crimen callejero.
En concreto, las autoridades locales presentaran una querella por la designación de Terry Cole, director de la Administración de Control de Drogas (DEA), a cargo de la seguridad de la ciudad.
En una conferencia de prensa, el fiscal Schwalb y la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser destacaron como «una victoria» que el Gobierno federal haya declinado de tomar el control total de la policía por medio de la DEA.
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LO QUE DIJO LA JUEZA
La marcha atrás ocurrió luego de que las partes implicadas fueran citadas por la jueza distrital Ana Reyes. Esta les sugirió llegar a un acuerdo conjunto para evitar que suspendiera de forma definitiva la federalización de la ciudad.
De este modo, la jefa de la policía, Pamela Smith, permanecerá en su puesto.
Sin embargo, la administración Trump mantiene control global de la fuerza pública y la alcaldesa Bowser debe, por ley, debe seguir las indicaciones que le entregue el gobierno central.
El pasado lunes, Trump declaró una «Emergencia de Seguridad Pública» y tomó el control de la Policía de Washington DC. Asimismo, anunció la activación de unas 800 tropas de la Guardia Nacional dentro de sus esfuerzos por «restablecer el orden público».
La decisión del presidente fue criticada debido a que, según los números oficiales, la capital estadounidense presenta las cifras de crimen homicida más bajas de las últimas décadas.
El republicano también amenazó con replicar la misma acción en otras ciudades que son gobernadas por alcaldes demócratas.