El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, sufrió este domingo un nuevo golpe político tras perder la mayoría en la Cámara Alta del Parlamento, según estimaciones de medios locales como la cadena pública NHK.
En las elecciones parciales al Senado, el oficialista Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio Komeito obtuvieron apenas 41 de los 125 escaños en disputa, muy lejos de los 50 necesarios para mantener el control de la cámara.
Este resultado se suma a la derrota sufrida por la coalición en octubre de 2024, cuando perdió la mayoría en la Cámara Baja, lo que ha obligado al gobierno a negociar con pequeños partidos de oposición para mantenerse en el poder.
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Con ambas cámaras ahora en manos opositoras o fragmentadas, Japón entra en un escenario político inédito desde la Segunda Guerra Mundial.
La pérdida de apoyo se da en un contexto de alta inflación y creciente descontento social. El precio del arroz se ha duplicado en un año y la población acusa el estancamiento salarial.
“Los precios suben, pero los sueldos no”, expresó Atsushi Matsuura, votante de 54 años. Otro elector, Hisayo Kojima, de 65, criticó la baja de las pensiones: “Pagamos mucho al sistema y recibimos menos cada mes”.
A ello se suma el temor a una recesión técnica, provocado por la caída en las exportaciones y las amenazas del gobierno de Donald Trump de aplicar aranceles del 25% a productos japoneses, lo que pondría en jaque a la industria automotriz, responsable de millones de empleos.
El ascenso del partido populista y antiinmigración Sanseito también ha erosionado la base electoral del PLD, canalizando el voto de protesta en sectores desencantados.