El Gobierno de Irán ha rechazado enérgicamente las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a su industria petrolera. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmail Baqai, calificó las como «medidas ilegítimas, ilegales e injustificadas», asegurando que violan las normas internacionales y obstaculizan el comercio legítimo del país con sus socios económicos.
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«Irán responsabiliza a Estados Unidos de las consecuencias de estos actos unilaterales y de intimidación», declaró Baqai en declaraciones recogidas por la agencia estatal IRNA.
SANCIONES DIRIGIDAS A UNA RED INTERNACIONAL
Las sanciones, anunciadas el jueves 6 de febrero de 2025 por la administración de Donald Trump, apuntan a una «red internacional» que facilita la venta de millones de barriles de petróleo iraní a China, generando ingresos millonarios. Según el Departamento del Tesoro de EE.UU., estos recursos financian al Ejército iraní y organizaciones como Hamás y Hezbolá.
El paquete de sanciones incluye la prohibición de operaciones comerciales con varias compañías navieras, individuos y entidades en China, India y Emiratos Árabes Unidos. Entre ellas, figura Sepehr Energy, descrita por Washington como una «empresa de fachada» del Ejército iraní.
Las restricciones implican la congelación de activos dentro de Estados Unidos y la prohibición de transacciones con ciudadanos o empresas estadounidenses. Además, las empresas sancionadas enfrentan dificultades para operar en dólares, aumentando su riesgo de caer bajo la jurisdicción estadounidense.
ESTRATEGIA DE «MÁXIMA PRESIÓN» Y TENSIONES CON IRÁN
El presidente Trump ha reafirmado su política de «máxima presión» sobre Irán, con el objetivo de frenar su capacidad de desarrollar armas nucleares. Un reciente memorando presidencial instruyó al Departamento del Tesoro y otras agencias a soportar las restricciones económicas sobre el régimen iraní.
Según un comunicado oficial, «el régimen iraní sigue usando sus ingresos petroleros para financiar su programa nuclear, desarrollar misiles balísticos y drones, y apoyar a grupos terroristas en la región».
A pesar de estas medidas, Trump declaró su interés en negociar un nuevo acuerdo nuclear «verificable» con Irán, asegurando que su intención no es «destruir a la nación persa». Sin embargo, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, rechazó la posibilidad de diálogo con Washington.
«Negociar con Estados Unidos no es sabio, no es inteligente y no es honorable», afirmó Jameneí en un encuentro con militares en Teherán. Recordó que en el pasado se alcanzó un acuerdo con Washington, pero «los estadounidenses lo rompieron».
CRECIENTE TENSIÓN EN TORNO AL PROGRAMA NUCLEAR IRANÍ
La política de sanciones de Trump recuerda su primer mandato (2017-2020), cuando impuso restricciones económicas sobre Irán tras retirar a EE.UU. del acuerdo nuclear de 2015. Como resultado, la economía iraní sufrió un duro golpe, y Teherán retomó el enriquecimiento de uranio a niveles superiores a los permitidos.
Actualmente, Irán posee 182,3 kilogramos de uranio enriquecido al 60 % de pureza, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), un nivel cercano al 90 % requerido para uso militar. Esta situación eleva las preocupaciones internacionales sobre la posibilidad de que Teherán desarrolle armas nucleares, en medio de un creciente deterioro en las relaciones con Washington.
«Irán, rico en recursos, tiene opciones para sortear las sanciones estadunidenses», la respuesta del presidente iraní, Masoud Pezeshkian, a la política de “máxima presión” de Donald Trump, enfocada en endurecer sanciones económicas y reducir a cero sus exportaciones de petróleo pic.twitter.com/PY6LXBgQBj
— Azucena Uresti (@azucenau) February 5, 2025