El Kremlin destacó la «posición equilibrada» de Washington después de que Estados Unidos votara junto a Rusia en la ONU para bloquear una resolución que condenaba la campaña militar de Moscú en Ucrania.
UN CAMBIO SIGNIFICATIVO EN LA POSTURA ESTADOUNIDENSE
Estados Unidos respaldó a Rusia en dos votaciones celebradas el lunes en Nueva York, marcando un cambio drástico en su política. Esta nueva postura coincide con la administración del presidente Donald Trump, quien ha adoptado un enfoque diferente respecto al conflicto en Ucrania.
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«Estados Unidos está adoptando una postura mucho más equilibrada, orientada a la resolución del conflicto en Ucrania. Lo valoramos positivamente», afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en declaraciones a la prensa.
Peskov también criticó a los líderes europeos, señalando que sus declaraciones «carecen de equilibrio». Sin embargo, expresó su esperanza de que, mediante el diálogo con Washington, Europa pueda adoptar una posición más moderada en el futuro.
VOTACIONES CLAVE EN LA ONU
En el tercer aniversario de la invasión rusa a Ucrania, Estados Unidos y Rusia coincidieron en dos votaciones en la ONU. La primera tuvo lugar en la Asamblea General, donde un texto promovido por Europa recibió 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Washington se alineó con Moscú y sus aliados, entre ellos Bielorrusia, Corea del Norte y Sudán, para rechazar la resolución.
El documento criticaba enérgicamente la actuación de Rusia y reafirmaba la integridad territorial de Ucrania y la inviolabilidad de sus fronteras.
Paralelamente, Washington había propuesto una resolución alternativa en medio de las crecientes tensiones entre Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. No obstante, la presión de los aliados europeos llevó a reformular el texto estadounidense, incluyéndole la mención de que Rusia había llevado a cabo una «invasión a gran escala de Ucrania». Como resultado, EE. UU. terminó absteniéndose en su propia propuesta.
Sin embargo, Washington insistió en su versión original y la sometió a votación en el Consejo de Seguridad, donde fue aprobada con 10 votos a favor, ninguna oposición y cinco abstenciones. Los países que se abstuvieron fueron Francia, Reino Unido, Dinamarca, Grecia y Eslovenia.
Este giro en la postura de Estados Unidos marca un punto de inflexión en la diplomacia internacional y podría redefinir el equilibrio de poder en torno al conflicto ucraniano.
