El ataque, perpetrado con misiles balísticos, es el más mortífero desde hace meses en Ucrania. El país fue invadido por Rusia en febrero de 2022.
Además de los fallecidos, otras 84 personas resultaron heridas, entre ellas 10 niños.
El bombardeo ruso mató a más de 30 personas, entre ellos niños, en el centro de Sumi, ciudad del nordeste de Ucrania.
Ello, en plena afluencia por el Domingo de Ramos. Ucrania es un país de fuerte raíz cristiana.
El ataque, perpetrado con misiles balísticos, es el más mortífero desde hace meses en Ucrania.
También se produjo dos días después de la visita de un emisario estadounidense a Rusia.
Ambos países reanudaron sus frágiles contactos desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
«Rusia golpeó el centro de la ciudad con misiles balísticos. Justo cuando había mucha gente en la calle», dijeron rescatistas ucranianos en redes sociales.
De acuerdo al último balance del servicio de emergencias ucraniano, hubo 31 muertos, incluidos niños. Otras 84 personas resultaron heridas, entre ellas 10 niños.
Las personas resultaron heridas «en plena calle, en vehículos, transporte público y viviendas», señalaron.
Las autoridades locales de Sumi, fronteriza con Rusia, publicaron imágenes de cuerpos tendidos en las calles y de personas corriendo para refugiarse de los bombardeos.
También difundieron fotos de vehículos en llamas y de civiles heridos.
El ataque tuvo lugar «un día en que la gente va a la iglesia: Domingo de Ramos (…) Sólo los malnacidos pueden hacer esto», reaccionó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidiendo una «respuesta firme» de Europa y Estados Unidos.
«Sin una presión realmente fuerte, sin un apoyo adecuado a Ucrania, Rusia continuará llevando a cabo esta guerra», declaró en un mensaje en Telegram, acusando a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de haber «ignorado la propuesta estadounidense de un alto el fuego total e incondicional».
Autoridades de Ucrania y voluntarios buscan sobrevivientes tras bombardeo en Sumi.
El ataque se produjo dos días después del encuentro en San Petersburgo entre el emisario estadounidense Steve Witkoff y Putin.
Rusia ha atacado a Ucrania sin descanso en las últimas semanas a pesar de la presión de Trump para poner fin al conflicto.
«Hablar nunca ha detenido los misiles balísticos y las bombas», aseveró Zelenski.
Sumi está cerca de la frontera y sufre una presión creciente desde que Moscú hizo retroceder a gran parte de las tropas ucranianas en la vecina región rusa de Kursk.
La ciudad, hasta ahora, ha evitado la intensidad de los combates que se han desarrollado en la región de Donetsk.
Kiev advierte desde hace semanas que Moscú podría lanzar ahí una ofensiva.
El comandante de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Sirski, afirmó el miércoles que los rusos habían comenzado «hace algunos días» ofensivas en las regiones de Sumi y Járkov, también en el nordeste, para crear «zonas de amortiguamiento» y así evitar nuevas incursiones ucranianas.