El oro y la plata alcanzaron este viernes nuevos máximos históricos, coronando un 2025 excepcional para los metales preciosos, en medio de la persistente incertidumbre geopolítica, la volatilidad financiera global y las expectativas de un giro más expansivo en la política monetaria de Estados Unidos.
Según datos de mercado, el oro llegó a cotizar en torno a US$4.550 la onza, su mayor nivel registrado, mientras que la plata escaló cerca de US$77,7 por onza, tras un alza intradía cercana al 8%. Con ello, ambos activos se encaminan a cerrar su mejor año en más de cuatro décadas.
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En lo que va de 2025, el oro acumula una subida cercana al 72%, mientras que la plata registra un avance aproximado del 170%, cifras que no se observaban desde finales de los años setenta. Analistas coinciden en que este rally responde a una combinación de factores: la debilidad del dólar, la búsqueda de protección frente al riesgo y la expectativa de recortes adicionales de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en 2026.
El renovado atractivo del oro como valor refugio se ha visto reforzado por los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, así como por tensiones diplomáticas recientes en América Latina. Este escenario ha impulsado una fuerte entrada de capitales hacia fondos cotizados (ETF), convirtiendo a 2025 en el año con mayores flujos hacia productos ligados al oro en al menos cinco años.
En el caso de la plata, el componente especulativo ha sido aún más marcado. Las posiciones en productos bursátiles vinculados a este metal crecieron en torno a 100 millones de onzas durante el primer semestre, reflejando un apetito inversor mucho más agresivo.
PETRÓLEO CIERRA EL AÑO A LA BAJA POR TEMOR A SOBREOFERTA GLOBAL
En contraste con el desempeño de los metales preciosos, el petróleo profundizó sus pérdidas este viernes. Los futuros del Brent retrocedieron hasta los US$61,2 por barril, mientras que el WTI cayó a US$57,3, presionados por el temor a una sobreoferta mundial y una menor prima de riesgo geopolítico.
Aunque interrupciones puntuales en el suministro habían sostenido los precios en jornadas previas, el mercado descuenta que 2025 cerrará como el peor año para el crudo desde 2020: el Brent acumula una caída cercana al 18%, y el WTI, del 20%.
Las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía apuntan a que en 2026 la oferta global superará la demanda en casi 3,8 millones de barriles diarios, reforzando una narrativa bajista que solo podría revertirse si el proceso de paz entre Rusia y Ucrania altera sustancialmente el equilibrio del mercado.
Así, mientras el oro y la plata brillan como refugios ante la incertidumbre global, el petróleo cierra 2025 atrapado entre el exceso de oferta y un escenario geopolítico que, por ahora, ya no logra sostener sus precios.






