El primer ministro Benjamín Netanyahu admitió públicamente por primera vez durante la reunión semanal de su gabinete el domingo que Israel era responsable de los ataques con dispositivos de comunicación, como bípers y walkie-talkies, contra Hezbolá en el Líbano.
Las explosiones de estos dispositivos sucedieron tras casi un año de continuos ataques con cohetes y drones lanzados hacia Israel por Hezbolá, los cuales se intensificaron después de la masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás.
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Estos ataques provocaron la evacuación de aproximadamente 60.000 residentes de ciudades en el norte de Israel, cerca de la frontera con el Líbano.
“La operación de los bipers y la eliminación de (Hassan) Nasrallah se llevó a cabo a pesar de la oposición de altos funcionarios de defensa y sus superiores en el gobierno”, expresó Netanyahu, en una crítica implícita al exministro de defensa Yoav Gallant, recientemente destituido.
Antes de las explosiones, Gallant había anunciado que Israel trasladaría el foco de sus operaciones militares al frente norte. Las tensiones entre Netanyahu y Gallant fueron constantes durante su tiempo juntos en el gobierno. En marzo de 2023, Netanyahu despidió a Gallant después de que este sugiriera pausar la controvertida reforma judicial del gobierno.
Sin embargo, Gallant fue reincorporado poco después y permaneció en su puesto durante la guerra en Gaza, los enfrentamientos en la frontera norte y las operaciones terrestres.
DESTITUCIÓN DE MINISTRO DE DEFENSA
El martes, Gallant explicó que su destitución se debía a su postura sobre temas sensibles como la necesidad de reclutar a miembros ultraortodoxos para las FDI, la recuperación de rehenes de Gaza y la creación de una comisión estatal para investigar el ataque de Hamás del 7 de octubre.
En un aparente intento por evitar la responsabilidad sobre las fallas de seguridad, Netanyahu ha culpado a las fuerzas de seguridad israelíes por no prever el ataque de Hamás y ha resistido la creación de una comisión de investigación pública sobre los eventos que lo precedieron.
Hasta ahora, Israel no había asumido oficialmente la autoría del ataque a Hezbolá que resultó en la explosión de los dispositivos de comunicación los días 17 y 18 de septiembre, causando al menos 39 muertes y unas 3.000 personas heridas, incluido el embajador de Teherán en el Líbano. , Mojtaba Amani. Un funcionario de Hezbolá afirmó que los ataques habían dejado fuera de combate a 1.500 combatientes, muchos de ellos con lesiones graves.
Posteriormente, varios medios informaron que Israel planeó durante años esta sofisticada operación de inteligencia, en la cual lograron inducir a Hezbolá a adquirir los dispositivos comprometidos.