La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde respondió a la exigencia de disculpas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Todo partió luego de que la clériga pidiera a Trump que mostrara misericordia hacia los inmigrantes y la comunidad LGBT, en un servicio religioso por la investidura del mandatario celebrado en la Catedral Nacional de Washington.
Durante su sermón, Budde instó a Trump a tener compasión por las personas que viven con miedo en el país, incluyendo a los niños homosexuales, lesbianas y transgénero, así como a los trabajadores migrantes.
Todo esto mientras las cámaras registraban la cara de desagrado que puso el presidente de Estados Unidos, sentado en las primeras filas.
Posteriormente, Trump, en su cuenta de la red social Truth Social, exigió que la obispa y su iglesia se disculparan con el público, calificándola de «radical de izquierda» y «aburrida» y criticando su tono y mensaje.
En respuesta, Budde defendió su llamado, negando ser «radical de izquierda».
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«Tal vez fue ingenuo de mi parte cuando decidí suplicarle (compasión) al presidente, pensé que lo tomarían de manera diferente», señaló.
Reiteró que «para estar unidos como un país con tanta riqueza de diversidad, necesitamos misericordia. Necesitamos compasión. Necesitamos empatía», y afirmó que es «peligroso hacer generalizaciones y, en particular, hablar de los inmigrantes como si todos fueran criminales o de los niños transgénero como si de alguna manera fuesen peligrosos».
«No odio al presidente y rezo por él», señaló, además.
Este intercambio ha generado un amplio debate sobre la política migratoria y los derechos de la comunidad LGBT en Estados Unidos, destacando las tensiones entre las políticas de la administración Trump y las voces que abogan por la inclusión.
