El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que existe una relación entre el aumento de diagnósticos de autismo y el consumo de paracetamol o acetaminofén, comercializado como Tylenol. Sin embargo, la declaración contradice el consenso médico y científico internacional, que considera este analgésico seguro y advierte que no hay evidencia concluyente que lo vincule con el trastorno del espectro autista.
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Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump instó a las mujeres embarazadas y a las madres a evitar el uso del medicamento, repitiendo en varias ocasiones: “No tomen Tylenol”. El mandatario fue acompañado por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y otros funcionarios, en un acto que coincidió con la publicación de un informe sobre posibles causas del autismo.
El discurso incluyó comparaciones llamativas, como señalar que en comunidades amish y en Cuba “prácticamente no existe autismo”, supuestamente por no usar Tylenol. Además, Trump volvió a sugerir que las vacunas infantiles deberían aplicarse con menos frecuencia y cuestionó la inmunización temprana contra la hepatitis B, pese a que estas medidas han sido fundamentales en la salud pública mundial.
RECHAZO DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA
Las reacciones no tardaron en llegar. Arthur Caplan, director de ética médica de la Universidad de Nueva York, calificó las afirmaciones de “peligrosas” y “llenas de información errónea”, advirtiendo que podrían generar sentimientos de culpa injustificados en las embarazadas.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos también criticó los dichos de Trump. Su presidente, Steven Fleischman, afirmó que son “irresponsables” y que podrían confundir a las pacientes. Recordó que no tratar la fiebre durante el embarazo implica riesgos mayores que el uso de paracetamol, considerado uno de los analgésicos más seguros en ese periodo.
La farmacéutica Kenvue, fabricante de Tylenol, rechazó tajantemente las declaraciones del presidente. En un comunicado aseguró que “la ciencia demuestra claramente que tomar paracetamol no causa autismo”, recordando que agencias reguladoras de todo el mundo, incluida la FDA estadounidense, avalan su seguridad.
En el ámbito nacional, el neurólogo y académico de la Universidad de Chile, Pablo Salinas, aseguró que “la evidencia científica ha desmentido categóricamente la asociación entre uso de paracetamol en el embarazo y la aparición de neurodivergencia en recién nacido”.
Junto a ello, añadió que “hay que ser bastante irresponsable para estar diciendo esas falsedades más aún de manera oficial. A mí manera de ver es una falta de respeto para las personas neurodivergentes y su familia, lo que habla claramente de la altura moral de las personas que dicen esas mentiras, sobre todo quienes son líderes de opinión”.
IMPACTO POLÍTICO Y ECONÓMICO
Los comentarios de Trump tuvieron repercusiones inmediatas en los mercados: las acciones de Kenvue cayeron un 7,5 %, lo que representó una pérdida de unos 2.600 millones de dólares en valor de mercado.
La controversia refuerza el perfil del mandatario como promotor de posturas contrarias al consenso médico, recordando los episodios de la pandemia en que difundió teorías sin sustento científico. Además, alimenta el discurso antivacunas que tanto él como Kennedy Jr. han mantenido en los últimos años, pese a que múltiples estudios han desacreditado cualquier relación entre las vacunas y el autismo.
🇺🇸Donald Trump vinculó el autismo con el uso de Tylenol o Paracetamol 🙃
“Estos personajes se consideran cada vez más conocedores de ciencia, cuando no tienen la menor idea”, me comenta el Dr. Francisco Moreno (@DrPacoMoreno1), del Centro Médico ABC.#AzucenaxFórmula pic.twitter.com/5O8lOxAS66
— Azucena Uresti (@azucenau) September 23, 2025