Las autoridades brasileñas informaron que impidieron un ataque con bomba durante el megaconcierto de la cantante Lady Gaga el sábado en Rio de Janeiro, y detuvieron a dos presuntos involucrados en el atentado frustrado.
Bajo un enorme despliegue de seguridad, aproximadamente dos millones de personas llenaron hasta la madrugada la icónica playa de Copacabana para escuchar a la diva estadounidense.
A través de un comunicado conjunto con el ministerio de Justicia, la policía civil de Rio de Janeiro informó que «impidió un ataque con bomba que ocurriría en el show de Lady Gaga en Copacabana».
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Detalló que el ataque fue orquestado por un grupo que en plataformas digitales «diseminaba discurso de odio», la radicalización de adolescentes y la autolesión como mecanismos de pertenencia social.
El estado de Rio Grande do Sul (sur) se detuvo al «líder del grupo» y «responsable por el plan», y también a un adolesente.
DESAFÍO COLECTIVO
En la operación, bautizada «Fake Monster» («Monstruo falso»), la policía realizó 15 allanamientos en varias ciudades del estado de Rio de Janeiro, así como en Sao Paulo (sureste), Rio Grande do Sul y Mato Grosso (oeste).
«Los involucrados reclutaban participantes para promover ataques integrados con uso de explosivos improvisados y cocteles molotov», explicó la nota policial.
Los atacantes idearon el plan «como un ‘desafío colectivo’ con el objetivo de obtener notoriedad en las redes sociales», agregaron.
Estaba dirigido contra niños, adolescentes y la comunidad LGBT.
La cantante estadounidense no se había pronunciado sobre el ataque frustrado pero sus seguidores, conocidos cariñosamente como «little monsters» («pequeños monstruos»), se volcaron a las redes sociales para manifestar su alivio por la respuesta policial, aseguraron los medios de comunicación.
«GRACIAS A DIOS. Esto hubiera impactado a más de dos millones de personas», publicó la cuenta LadyGagaFansTogether en Instagram.
Los agentes policiales dijeron que actuaron discretamente y el concierto, bajo un dispositivo de seguridad que contó con más de cinco mil agentes, drones y cámaras con reconocimiento facial, se desarrolló sin contratiempos.