Internacional

Policía húngara prohíbe marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Budapest

Por Allan Santander

Periodista

hungría
Marcha del Orgullo en Budapest en 2022 (Foto: REUTERS/Marton Monus)
El alcalde de Budapest mantiene la convocatoria del Orgullo LGTBI+ pese a la prohibición impuesta por el Ejecutivo de Orbán, que endurece su agenda ultraconservadora frente a una creciente condena internacional.

La Policía de Hungría ha prohibido oficialmente la marcha del Orgullo LGBTIQ+ prevista para el 28 de junio en Budapest, una decisión que aviva las tensiones entre el Ayuntamiento capitalino, de signo progresista, y el Gobierno ultranacionalista de Viktor Orbán.

Pese al veto, el alcalde Gergely Karácsony ha confirmado que el evento se llevará a cabo como un acto institucional de la ciudad. “En esta ciudad no hay ciudadanos de primera ni de segunda clase… ni la libertad ni el amor pueden prohibirse, y el Budapest Pride tampoco”, declaró el edil del partido verde Párbeszéd.

La convocatoria, fijada en el Día Internacional del Orgullo, aspira a reunir a decenas de miles de personas. Entre ellos, al menos 70 eurodiputados de diversos países, según confirmó esta semana la holandesa Tineke Strik.

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Desde su cuenta en redes sociales, Karácsony calificó la medida como inválida y reiteró que el Gobierno no tiene potestad para interferir en los asuntos municipales. “El Ayuntamiento organizará la marcha del Budapest Pride el 28 de junio como un evento de la ciudad. Punto.”

Mientras tanto, el Congreso español instó este jueves al Gobierno a condenar formalmente la prohibición, con el rechazo de Vox —aliado de Orbán en Europa— y la abstención del Partido Popular.

MODELO AUTORITARIO EN EXPANSIÓN

La ley que habilita el veto fue aprobada en marzo por el Parlamento húngaro y refuerza un marco normativo inspirado en Rusia. Desde 2020, el Ejecutivo de Orbán ha importado paulatinamente leyes contrarias a los derechos de las personas LGBTIQ+, siguiendo la línea iniciada por Vladímir Putin en 2013.

Entre las primeras medidas figuraron la eliminación de los estudios de género en las universidades y la multa a Coca-Cola por mostrar una pareja homosexual en una campaña.

En febrero, durante su discurso sobre el estado de la nación, Orbán advirtió a los organizadores del Pride que no debían “molestarse en preparar la marcha”. Un mes después, el Parlamento respaldó la norma que permite vetar eventos que “promuevan” identidades sexuales distintas a la de nacimiento, especialmente ante menores.

OFENSIVA SISTEMÁTICA

“Prohibir el Orgullo ha sido una idea recurrente de la extrema derecha. Ocurre en Hungría, pero puede ocurrir en otro Estado. La narrativa es exactamente la misma en Eslovaquia o Bulgaria”, explica Eszter Polgári, jurista de Háttér Society, la principal organización LGBTIQ+ del país.

El retroceso en derechos no es aislado. Bulgaria ya ha aprobado legislación similar. Y, otros gobiernos han ensayado discursos afines.

Desde Amnistía Internacional y la ILGA alertan sobre una erosión acelerada de los derechos fundamentales. “Los derechos humanos de las personas LGBTI+ están siendo desmantelados sistemáticamente bajo el pretexto de preservar el orden público”, denuncian. Según el último informe de ILGA, Hungría se sitúa entre los países de la UE con peor desempeño en respeto a la diversidad y la igualdad.

EL FUTURO DEL ORGULLO

A comienzos de mes, la Policía ya había prohibido otra manifestación LGBTIQ+ en la capital. Las autoridades justificaron la decisión bajo el amparo de la ley aprobada en marzo, argumentando la necesidad de “proteger a la infancia”.

Sin embargo, la determinación del Ayuntamiento de Budapest y el respaldo internacional auguran que la marcha del 28 de junio se convierta no solo en un acto de reivindicación, sino en un símbolo de resistencia frente a la creciente intolerancia institucional.

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