Internacional

Política migratoria de Trump divide a Estados Unidos

Por Allan Santander

Periodista

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Una piñata de Donald Trump durante las protestas del ‘No Kings Day’ en Chicago (Foto: Associated Press)
La mayoría de los estadounidenses desaprueba la estrategia migratoria de la Casa Blanca, marcada por redadas, suspensiones de asilo y deportaciones masivas.

La política migratoria impulsada por la Administración Trump sigue generando una fuerte polarización entre los ciudadanos. A cinco meses de iniciado el mandato, una reciente encuesta del centro Pew Research revela que el 47% de los estadounidenses ve con malos ojos la ofensiva contra la inmigración, mientras que el 42% la aprueba.

Las cifras reflejan el profundo impacto que han tenido las medidas aplicadas desde enero, cuando Trump retomó el control de la Casa Blanca con la promesa de endurecer las fronteras. Aunque en su discurso inicial aseguró que las deportaciones se centrarían en migrantes con antecedentes penales, la realidad ha sido muy distinta.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha llevado a cabo operativos en restaurantes, fábricas, juzgados y otros espacios públicos. Estas redadas, lejos de generar consenso, provocaron el rechazo del 54% de la población, frente a un 45% que las aprueba.

La situación escaló tras una serie de operaciones masivas en ciudades como Los Ángeles. Las detenciones, junto con el despliegue de la Guardia Nacional y fuerzas armadas, detonaron protestas multitudinarias el 14 de junio, lideradas por la plataforma No Kings y otras organizaciones opositoras.

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BRECHA PARTIDISTA

El respaldo a las políticas migratorias guarda una clara correlación con la filiación política. El 78% de los republicanos y simpatizantes aprueba la gestión migratoria, incluyendo un 51% que lo hace firmemente. En contraste, el 81% de los demócratas y afines rechaza de plano la estrategia, con un 63% que expresa una desaprobación tajante.

La encuesta, que consultó a 5.044 ciudadanos entre el 2 y el 8 de junio, se realizó justo antes del punto álgido de las redadas.

Las decisiones del Gobierno de suspender la mayoría de las solicitudes de asilo y eliminar el Estatus de Protección Temporal (TPS) han encontrado una oposición mayoritaria. El 60% de los encuestados desaprueba ambas medidas, especialmente por su impacto en migrantes provenientes de países como Haití o Venezuela.

Lejos de reducir la migración irregular, estas decisiones han provocado un efecto contrario: miles de personas que antes vivían legalmente en Estados Unidos ahora se enfrentan a la ilegalidad forzada.

CIUDADANÍA INDOCUMENTADA

Pese al endurecimiento del discurso oficial, la mayoría de los estadounidenses tiene una mirada más inclusiva sobre la población sin papeles. Un 65% respalda la idea de ofrecer vías para su legalización, y el 36% incluso cree que deberían acceder a la ciudadanía si cumplen ciertos requisitos.

Los argumentos del Gobierno para justificar las deportaciones —como el uso indebido de recursos públicos o el riesgo delictual— no han calado en todos. Expertos señalan que las personas sin papeles no pueden acceder a beneficios federales, pero sí contribuyen con sus impuestos.

IMPACTO ECONÓMICO

El sector empresarial ya ha advertido sobre los efectos adversos de las expulsiones masivas: escasez de mano de obra, aumentos de precios y problemas de abastecimiento. La percepción pública va en esa línea. El 53% cree que estas políticas generarán un mayor gasto para el contribuyente, frente a un 29% que piensa lo contrario. Además, el 46% estima que dañarán la economía, mientras que solo un 34% proyecta un efecto positivo.

En paralelo, el Gobierno ha presionado a los Estados para que firmen acuerdos 287g, obligando a las policías locales a colaborar con ICE. Aunque el 50% de los encuestados aprueba esta medida, el 49% la rechaza, mostrando nuevamente una opinión nacional dividida.

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