Durante la jornada del pasado lunes, cientos de personas protestaron en Quito, Ecuador, tras la desaparición de cuatro adolescentes durante un operativo militar en una zona rural del país.
«Los queremos con vida, por favor», dijo a la prensa Luis Arroyo, padre de los hermanos Josué e Ismael Arroyo, que desaparecieron el 8 de diciembre junto a sus amigos Saúl Arboleda y Steven Medina. Los jóvenes tienen entre 11 y 15 años.
Las manifestaciones se expandieron a otras ciudades como Guayaquil en donde los manifestantes portaban carteles en los que se leía «¿Dónde están nuestros niños?» y «Los niños negros no son criminales».
Lea también: Venezuela supera las 900 excarcelaciones de presos políticos
El operativo con el objetivo de combatir a grupos del crimen organizado y el narcotráfico tomó lugar en la provincia de Esmeraldas, donde se encontraban los jóvenes.
La desaparición de estos adolescentes en Ecuador ha desatado una ola de indignación y reclamos por parte de la sociedad civil, los familiares de los desaparecidos y diversas organizaciones.
RESPUESTA DEL GOBIERNO Y ORGANIZACIONES
En ese sentido, organizaciones de derechos humanos, como la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (INREDH), señalaron que este caso podría constituir una violación grave de los derechos humanos y han pedido una investigación imparcial y exhaustiva.
La presión social ha aumentado con el paso de los días, mientras los padres de los adolescentes claman por la aparición con vida de sus hijos.
Por su parte, el gobierno de Ecuador, a través de su Ministerio de Defensa, aseguró que se está llevando a cabo una investigación para esclarecer los hechos, pero las dudas sobre el papel de las fuerzas armadas siguen generando un clima de desconfianza y tensión en el país.
