El paro convocado en Francia se hizo notar desde temprano este jueves, afectando el funcionamiento de trenes regionales y del transporte público, además del cierre de numerosas escuelas y farmacias.
Las autoridades proyectan una gran participación ciudadana, con hasta 900.000 personas en las calles. Tal como ocurrió en la protesta del 10 de septiembre, promovida en redes sociales bajo el lema «Bloqueemos todo», el Gobierno desplegó un amplio operativo con 80.000 policías y gendarmes para evitar posibles «bloqueos».
Lea también: India y la UE buscan cerrar su tratado comercial en 2025
«Seremos intransigentes», declaró el ministro del Interior, Bruno Retailleu, quien advirtió que entre 5.000 y 8.000 «Individuos peligrosos» podrían «Causar desórdenes» durante la jornada.
MOVILIZACIÓN
La movilización tiene su origen en el plan presupuestario de 2026 impulsado por el ex primer ministro, que proponía recortes por 44.000 millones de euros y la eliminación de dos feriados.
Aunque el Parlamento derribó su gestión y su reemplazante, Sébastien Lecornu, anunció un nuevo proyecto sin esa medida, los sindicatos mantuvieron la protesta.
Además de rechazar los recortes planteados por Bayrou, las organizaciones sindicales exigen revertir la reforma de pensiones aprobada en 2023, mayor equidad fiscal y más recursos para los servicios públicos. De acuerdo con una encuesta difundida ayer, un 56% de los franceses respalda las manifestaciones.