Quito, la capital ecuatoriana, atraviesa su peor crisis de abastecimiento de agua potable en años. Un deslizamiento de tierra ocurrido el 9 de julio en la Reserva Antisana dañó gravemente la tubería principal del sistema Mica Quito Sur, interrumpiendo el suministro hacia seis parroquias del sur de la ciudad. Más de 400.000 personas llevan cinco días sin agua y la emergencia podría prolongarse hasta por diez días.
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En sectores como La Argelia, Ecuatoriana, Turubamba, Quitumbe, Guamaní y Chillogallo, cocinar, lavar ropa o utilizar los baños se ha vuelto una tarea casi imposible. Las imágenes de ciudadanos cargando botellas, baldes y bidones desde vertientes naturales, puntos de abastecimiento temporales y camiones cisterna se han vuelto cotidianas. Algunos vecinos incluso han protagonizado disputas debido a la escasez.
PLAN DE CONTINGENCIA EN MARCHA
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, aseguró que ya se han retirado 140 mil metros cúbicos de material del deslizamiento y que los trabajos de limpieza avanzan en un 80%. “Con ello podemos tener lista la plataforma y luego la zanja para instalar la tubería. La programación es restituir el servicio entre sábado y domingo. Es un escenario realista”, señaló en conferencia de prensa.
Tras decretar la emergencia, el Municipio desplegó un plan de contingencia que incluye 71 camiones cisterna, cinco hidrantes, ocho cisternas inflables y tres puntos fijos de abastecimiento de agua. Sin embargo, vecinos de las zonas afectadas denuncian incumplimientos en los cronogramas de reparto y se ven obligados a buscar agua en fuentes no seguras, lo que ya ha provocado problemas de salud en algunas familias.
RESPUESTA NACIONAL Y CRÍTICAS CRUZADAS
El presidente Daniel Noboa encomendó a la vicepresidenta María José Pinto liderar las acciones de emergencia. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional activó la instalación de tres plantas móviles de tratamiento de agua potable en los sectores Nueva Aurora y Caupicho–Los Jazmines. Estas plantas producirán hasta 90 mil litros de agua diarios durante ocho horas al día, una cantidad mínima que, según la OMS, apenas cubre la necesidad básica de 15 litros por persona al día en contextos de crisis.
Mientras maquinaria pesada continúa retirando lodo y escombros, la emergencia ha derivado en una pugna política. La vocera presidencial, Carolina Jaramillo, acusó al Municipio de reaccionar con lentitud, mientras el Ministerio del Ambiente criticó la “falta de responsabilidad, transparencia y eficacia” de las autoridades locales. El alcalde Pabel Muñoz respondió tajante: “Es falta de humanidad querer politizar el momento, ir de figureti para tomarse fotos”.
Hasta el Páramo me vine, pero ya dejen de firmar para botarme. El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, anunció a los vecis del Sur que los trabajos de reparación de la tubería en la zona del deslave todavía demoran algunos días. Y toda esta semana no habrá agua potable. La repartición… pic.twitter.com/Dwfv5eIcue
— LaHistoria (@lahistoriaec) July 13, 2025