Internacional

Representantes democratas abandonan Texas para no votar

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

Periodista

Texas
Foto: Publicado en X por @mariocstrv
Más de 50 representantes demócratas abandonaron el estado para bloquear un polémico plan de redistribución electoral impulsado por el Partido Republicano y respaldado por Donald Trump.

En una maniobra sin precedentes en la actual legislatura estatal, más de 50 representantes demócratas de Texas abandonaron el estado, impidiendo así el quórum necesario para sesionar en la Cámara Baja y frustrando temporalmente la votación de un controvertido proyecto de redistritación promovido por la mayoría republicana.

La acción coordinada busca impedir que el Congreso estatal, controlado por el Partido Republicano, apruebe un nuevo trazado de distritos electorales que favorecería electoralmente a los conservadores. Según la normativa texana, la Cámara de Representantes —compuesta por 150 miembros— solo puede deliberar con dos tercios de sus legisladores presentes. Con al menos 51 demócratas fuera del estado, el cuerpo legislativo quedó paralizado.

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REDISTRIBUCIÓN CON SELLO TRUMP

La disputa gira en torno a la redistritación impulsada por el presidente Donald Trump, quien desde su retorno al poder en enero de 2025 ha intensificado su control político sobre el Partido Republicano. Trump pretende que Texas —segundo estado más poblado del país y con 38 escaños en la Cámara de Representantes federal— redibuje sus límites distritales antes de las elecciones intermedias de 2026.

Actualmente, los republicanos controlan 25 de esos 38 escaños texanos. La nueva propuesta busca consolidar e incluso ampliar esa ventaja mediante una táctica conocida como gerrymandering, que consiste en manipular los límites distritales para beneficiar electoralmente a un partido.

GERRYMANDERING: LEGAL, PERO POLÉMICO

El término gerrymandering se remonta a 1812, cuando el gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry, autorizó una división distrital con formas tan irregulares que una de ellas recordaba a una salamandra. Desde entonces, la palabra se utiliza para describir la manipulación partidista de mapas electorales.

Aunque legal en EE.UU., la práctica ha sido criticada por su impacto en la representación democrática, al favorecer a mayorías artificiales y excluir a sectores minoritarios. En 2019, la Corte Suprema federal dictaminó que los tribunales no pueden intervenir en estos casos, lo que deja la responsabilidad en manos de legislaturas estatales, comisiones independientes o tribunales locales, según el estado.

REACCIONES DESDE EL GOBIERNO TEXANO

El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, calificó el éxodo demócrata como una traición a sus votantes. “No están haciendo el trabajo para el que fueron elegidos. Los texanos no huyen de una pelea”, declaró en entrevista con Fox News. Abbott incluso ha ordenado a la policía estatal localizar y arrestar a los legisladores ausentes, medida que fue respaldada por la Cámara Baja del estado.

No obstante, la autoridad policial de Texas no se extiende fuera del estado, y la mayoría de los legisladores demócratas se encuentra en ciudades como Chicago, Nueva York o Boston, donde se han refugiado con apoyo de figuras demócratas como el gobernador de Illinois, JB Pritzker.

MULTAS Y SESIONES EXTRAORDINARIAS

La presión no solo es política: cada legislador ausente enfrenta una multa diaria de 500 dólares por incumplir las normas internas del Congreso estatal. Además, Abbott puede convocar sesiones extraordinarias indefinidamente, lo que mantiene latente la posibilidad de una futura votación cuando los demócratas regresen.

Algunos de ellos ya han anticipado que volverán a Texas una vez que termine la sesión especial. Mientras tanto, consideran que las amenazas de arresto son tácticas intimidatorias sin base legal efectiva.

UN NUEVO CAPÍTULO DE RESISTENCIA

La acción de los demócratas texanos se suma a las escasas pero visibles manifestaciones de oposición a la agenda autoritaria de Trump, como ocurrió durante el masivo “No Kings Day” del pasado 14 de junio. En ese contexto, la huida de los legisladores se presenta como un gesto de resistencia institucional frente a un rediseño electoral que podría consolidar aún más el dominio republicano.

Por ahora, el estancamiento persiste y el futuro de la redistritación en Texas —y su impacto en las elecciones de 2026— sigue en suspenso.

 

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