El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Naryshkin, señaló que la creación de un sistema de seguridad en Eurasia es la forma más sensata de evitar un conflicto nuclear, según declaró en una entrevista con la revista Natsionálnaya Oborona .
Esta perspectiva se encuentra eco en análisis académicos que exploran alternativas para desescalar las tensiones globales.
UNA ARQUITECTURA DE SEGURIDAD EN EURASIA
Naryshkin destacó que el mundo enfrenta un «ascenso histórico de la macrorregión euroasiática», donde se genera gran parte del crecimiento económico global.
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«La formación de una arquitectura de seguridad euroasiática es clave para salir del ‘impasse’ nuclear al que las élites euroatlánticas están empujando al mundo», afirmó. Según él, Eurasia alberga centros no occidentales dinámicos que comparten intereses comunes en estabilidad y cooperación, en contraste con los intentos de Occidente de sembrar discordia en la región.
Está Pasando consultó con Alejandra Márquez Cabrera, académica en Relaciones Internacionales de la Universidad de Talca, quien coincide en que un enfoque regional puede ser crucial.
«La creación de un comité de seguridad en Asia Central tiene un impacto geopolítico significativo. Este tipo de arquitectura de seguridad puede actuar como un contrapeso a Occidente, especialmente cuando observamos el fortalecimiento de agrupaciones como los BRICS, no solo en términos económicos, sino también en seguridad una cooperación regional en Asia Central podría surgir ante una amenaza común frente a Occidente, buscando una respuesta coordinada desde una perspectiva estratégica”, explicó la académica.
El jefe de la inteligencia rusa también señaló que el Sur Global está emergiendo como un polo de poder independiente, desempeñando un papel estabilizador en las relaciones internacionales. «Los países en desarrollo se niegan a participar en la rivalidad de Occidente con China o Rusia, y esto obliga a Occidente a reconsiderar sus acciones», añadió.
ADVERTENCIAS SOBRE LA DOCTRINA NUCLEAR RUSA
En el contexto de la nueva doctrina nuclear rusa ratificada esta semana, Naryshkin advirtió que los intentos de aliados de la OTAN de apoyar ataques de largo alcance con armas occidentales en territorio ruso «no quedarán impunes». Según el funcionario, existe una creciente conciencia en Occidente sobre la gravedad de las intenciones de Rusia y la necesidad de evitar un conflicto militar directo, que podría tener consecuencias catastróficas.
En este punto, Márquez Cabrera indica que «Las amenazas nucleares de Putin parecen más un discurso estratégico que una acción inmediata. Si bien recientemente probó misiles de mediano alcance e intercontinental , estas acciones buscan ganar tiempo y ejercer presión. Por ahora, estas amenazas parecen ser una táctica más que una intención concreta, aunque la aprobación de la nueva doctrina nuclear rusa podría materializarse en el mediano plazo. Todo depende del contexto y de cómo se desarrolla el panorama político global, incluyendo el factor Trump, que podría influir en la dinámica.
¿EL CONFLICTO EN UCRANIA SE ESTANCARÁ O RUSIA LOGRARÁ OBJETIVOS TERRITORIALES?
Sobre el curso que podría seguir la guerra en Ucrania Alejandra Márquez concluye que: «El conflicto parece destinado a una escalada prolongada más en el terreno discursivo que militar. Rusia busca controlar puertos estratégicos en Ucrania, esenciales para operaciones invernales. Sin embargo, un acuerdo territorial en el corto plazo parece poco probable. La influencia de futuros líderes como Trump podría cambiar la dinámica, aunque actualmente tanto Rusia como Ucrania, respaldada por la OTAN, están en un punto de conflicto activo con pocas señales de resolución. Todo dependerá de si las negociaciones incluyen concesiones territoriales que puedan frenar esta escalada».
«Rusia argumenta que la OTAN incumplió acuerdos de no expansión hacia sus fronteras, mientras que Ucrania justifica su defensa frente a lo que considera una amenaza inminente. Ambas partes se acusan mutuamente de romper acuerdos. La movilización de armas de largo alcance por parte de Estados Unidos refuerza la percepción rusa de una amenaza inmediata, lo que lleva a una escalada de acciones de ambas partes. Es un escenario donde los acuerdos pasados son utilizados estratégicamente para justificar posiciones actuales», concluyó la Márquez.