En un inesperado gesto humanitario, Rusia y Ucrania acordaron liberar a todos los prisioneros de guerra menores de 25 años que padecen enfermedades graves, al término de la segunda ronda de conversaciones directas celebrada este lunes en Estambul. Así lo informó el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, quien encabezó la delegación de su país en la cita.
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El acuerdo fue uno de los pocos avances concretos que emergieron de una reunión marcada por la desconfianza y la tensión, desarrollada apenas un día después de que Ucrania lanzara su ataque aéreo más ambicioso contra la aviación rusa, destruyendo más de 40 aeronaves en bases situadas en Siberia, el Ártico y el Lejano Oriente.
REUNIÓN BREVE, AMBIENTE CARGADO
La cita, que tuvo lugar en el Palacio de Ciragan a orillas del Bósforo, duró apenas una hora y comenzó con casi dos horas de retraso. Las delegaciones se sentaron en mesas separadas bajo la mediación del canciller turco, Hakan Fidan, quien señaló que el diálogo busca acercar posiciones para lograr una eventual tregua.
La delegación rusa fue encabezada por el asesor presidencial Vladimir Medinsky, mientras que desde Ucrania participaron altos funcionarios de Defensa y Exteriores.
KIEV INSISTE EN UNA CUMBRE DE LÍDERES
Durante una conferencia de prensa posterior, Umerov subrayó que los principales puntos del conflicto solo podrán resolverse a nivel presidencial, y propuso organizar una cumbre entre Volodymyr Zelensky y Vladímir Putin a finales de junio. “Todas las decisiones clave deben ser tomadas por nuestros líderes. Este diálogo no es suficiente por sí solo”, indicó.
MOSCÚ AÚN NO PRESENTA SU “MEMORANDO DE PAZ”
Pese a que el Kremlin había anunciado que presentaría este lunes un borrador de acuerdo, Ucrania informó que aún no ha recibido el documento. Kiev confirmó su participación en Estambul sólo después de exigir ver primero ese texto, en medio de crecientes presiones internacionales por lograr avances concretos.
ZELENSKY CONFIRMA NUEVO PROCESO DE INTERCAMBIO
Desde Lituania, donde asistía a una cumbre regional, el presidente Zelensky confirmó que ambas partes ya trabajan en un nuevo proceso de intercambio de prisioneros, además de los jóvenes y enfermos liberados por el reciente acuerdo. “Esta medida es un paso pequeño, pero vital, hacia la humanización del conflicto”, dijo.
LA PAZ, AÚN DISTANTE
Las negociaciones se desarrollan en un contexto de gran incertidumbre. Mientras Ucrania mantiene su ofensiva y gana terreno simbólico con ataques de largo alcance, Rusia insiste en que cualquier alto el fuego debe darse bajo sus condiciones, amenazando con nuevas pérdidas territoriales si Kiev no cede.
Turquía, país anfitrión de los diálogos, insiste en su rol de mediador imparcial. “La paz solo será posible si ambas partes abandonan sus líneas rojas y se enfocan en la vida de millones que siguen sufriendo”, afirmó Fidan al inaugurar la jornada.
Aunque la liberación de prisioneros vulnerables representa un hito en medio de una guerra brutal, los obstáculos para alcanzar un cese al fuego duradero siguen siendo monumentales. Las próximas semanas serán clave para determinar si este gesto abre una puerta real al entendimiento o si se trata de una tregua humanitaria aislada.
