Este domingo 25 de mayo, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el cierre del más reciente intercambio de prisioneros con Ucrania, en el marco de los acuerdos bilaterales alcanzados en Estambul la semana pasada.
Con ello, se concretó el canje de un total de 1.000 personas por cada parte, lo que representa uno de los mayores intercambios de detenidos desde el inicio de la guerra.
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“El 25 de mayo, 303 soldados rusos fueron devueltos del territorio controlado por el régimen de Kiev. A cambio, se entregaron 303 prisioneros de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, indicó el Ministerio de Defensa ruso a través de su canal oficial en Telegram.
Con esta operación, se completó la tercera y última fase del acuerdo “1.000 por 1.000”, alcanzado el 16 de mayo en Turquía. Según detallaron ambas partes, el viernes se liberaron 390 prisioneros (270 militares y 120 civiles), el sábado 307, y este domingo los 303 restantes.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, celebró la liberación de los detenidos, destacando que entre los repatriados se encuentran soldados del Ejército, la Guardia Nacional, la Guardia de Fronteras y el Servicio Estatal de Transportes Especiales. “303 defensores ucranianos están en casa”, escribió en sus redes sociales.
INTERCAMBIO EN MEDIO DE ATAQUES
Pese al gesto humanitario, el intercambio coincidió con una nueva ofensiva militar de Rusia sobre varias ciudades ucranianas. Según autoridades de Kiev, al menos 12 personas fallecieron y decenas resultaron heridas tras un masivo ataque con drones y misiles durante la madrugada del sábado.
Yuriy Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, informó que Rusia lanzó 69 misiles y 298 drones —incluidos modelos Shahed de fabricación iraní— en el ataque más intenso de los últimos meses.
Zelenski criticó duramente la ofensiva y apuntó a la comunidad internacional por su silencio. “Cada ataque terrorista ruso es motivo suficiente para imponer nuevas sanciones”, señaló en un comunicado. “El silencio de Estados Unidos y de otros actores globales sólo alienta a Putin”, añadió.
El mandatario insistió en que la única forma de frenar la guerra es con presión económica directa. “La guerra puede detenerse, pero sólo mediante la fuerza. Hay que obligar a Putin a pensar no en lanzar misiles, sino en poner fin a la guerra”, concluyó.