Rusia y Ucrania están en conversaciones para abrir un corredor humanitario en la región fronteriza de Kursk, parcialmente ocupada por las fuerzas ucranianas desde agosto de 2024, según informó este martes Tatiana Moskalkova, Defensora del Pueblo de Rusia.
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«Estamos trabajando estrechamente con Ucrania y en colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja. Hay esperanza de una solución positiva», declaró Moskalkova a la prensa local.
En diciembre, la funcionaria solicitó a Kiev la apertura de un corredor para permitir que los residentes de Kursk se desplacen a un lugar seguro. Moscú, que no tiene cifras precisas sobre los ciudadanos atrapados en la zona, afirma que la mayoría vive en condiciones precarias, refugiados en casas en ruinas y sótanos.
El lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que las autoridades rusas están haciendo «todo lo posible» para ayudar a los afectados en las zonas ocupadas.
COMPENSACIONES Y TENSIONES EN KURSK
Hace una semana, en vísperas del sexto mes de ocupación, el presidente ruso Vladímir Putin discutió con el nuevo gobernador de Kursk, Alexandr Jinshtéin, las compensaciones para los residentes que han perdido sus propiedades, un tema que calificó como «el más sensible para la población local».
En la capital regional, las protestas han ido en aumento ante la falta de respuesta de las autoridades sobre la situación de los desplazados. Tras seis meses de combates, el Ejército ruso asegura haber recuperado más del 60 % del territorio que estaba bajo control ucraniano en Kursk.
Mientras tanto, Ucrania denuncia la presencia de soldados norcoreanos en la zona, desplegados bajo un acuerdo de asistencia militar mutua entre Moscú y Pionyang.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha expresado su intención de utilizar Kursk como moneda de cambio en futuras negociaciones de paz con Rusia.