La isla volcánica de Santorini y sus alrededores están en alerta máxima tras registrar más de 200 sismos en los últimos tres días, lo que ha llevado a la suspensión de clases y al despliegue de equipos de emergencia.
MEDIDAS PREVENTIVAS ANTE LA ACTIVIDAD SÍSMICA
El gobierno griego ordenó el cierre de las escuelas en Santorini y otras islas cercanas, como Amorgos, Anafi e Ios. Asimismo, se recomendó evitar reuniones en espacios cerrados y zonas propensas a deslizamientos de rocas. A los hoteles se les instruyó vaciar sus piscinas para minimizar posibles daños estructurales en caso de un terremoto de mayor magnitud.
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El ministro de Protección Civil, Vasilis Kikilias, enfatizó la importancia de seguir las recomendaciones de seguridad y aseguró que las autoridades están en vigilancia constante.
PREOCUPACIÓN ENTRE LOS RESIDENTES
Los habitantes de la isla están alarmados por la frecuencia de los temblores, algunos de los cuales han alcanzado magnitudes de hasta 4,8.
Michalis Gerontakis, residente y director de la Orquesta Filarmónica de Santorini, describió la situación: “Nunca había sentido algo así. Un terremoto cada 10 o 20 minutos. Aunque tratamos de mantener la calma, la preocupación es evidente”.
Los equipos de rescate del Servicio de Bomberos se han movilizado y han instalado refugios en una cancha de baloncesto junto al hospital principal. Según Ioannis Billias, miembro del equipo de rescate, muchas familias pasaron la noche en sus automóviles debido al temor de nuevos sismos.
EVALUACIÓN DE LOS EXPERTOS
Los científicos continúan analizando la situación. Aunque han confirmado que los sismos tienen origen tectónico y no están directamente relacionados con la actividad volcánica de Santorini, advierten que el patrón actual podría indicar un evento de mayor magnitud.
El sismólogo Gerasimos Papadopoulos señaló que “todos los escenarios siguen abiertos” y destacó el aumento en la cantidad y magnitud de los temblores.
SANTORINI, UN DESTINO EN RIESGO
Santorini, famosa por sus pueblos encalados y sus imponentes acantilados formados tras una erupción volcánica hace 3.500 años, recibe más de tres millones de turistas al año.
A pesar de la incertidumbre, las autoridades locales buscan evitar el pánico y han designado puntos de encuentro para una posible evacuación. El alcalde de la isla, Nikos Zorzos, aclaró que las medidas son preventivas y exhortó a la población a mantener la calma.
La situación sigue en desarrollo y las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica para garantizar la seguridad de residentes y visitantes.