La confrontación entre Donald Trump y las autoridades de los Estados demócratas escaló a un nivel inédito. El presidente de Estados Unidos pidió públicamente prisión para el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, y el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, acusándolos de no proteger a los agentes federales de inmigración desplegados en la ciudad.
“¡El alcalde de Chicago debería estar en prisión por no proteger a los agentes del ICE! ¡El gobernador Pritzker también!”, escribió Trump en su red Truth Social, sin especificar qué leyes habrían violado los funcionarios para merecer un castigo penal.
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El mandatario responsabiliza a ambas autoridades de obstaculizar la Operación Midway Blitz, el amplio operativo de redadas y deportaciones masivas que su gobierno ejecuta en Chicago. La ciudad es uno de los principales bastiones demócratas que han expresado resistencia al despliegue federal.
CHOQUE INSTITUCIONAL POR EL DESPLIEGUE MILITAR
La tensión se intensificó tras la llegada, el martes, de 200 efectivos de la Guardia Nacional de Texas, que se suman a otros 300 soldados locales para iniciar este miércoles operaciones en las calles. El gobernador Pritzker se ha opuesto abiertamente a esta medida, que considera una provocación política. Su administración presentó una demanda de urgencia para frenar el despliegue, cuya legalidad será discutida este jueves en los tribunales.
En declaraciones al Chicago Tribune, Pritzker acusó al presidente de “sufrir demencia” y aseguró que “es un hombre al que se le ha metido algo en la cabeza y no se lo puede sacar. No lee. No sabe nada de lo que está pasando actualmente”.
Desde Minnesota, acompañado por el gobernador Tim Walz, Pritzker afirmó que la Casa Blanca busca “intimidar a los votantes demócratas” de cara a las elecciones legislativas de 2026, en las que se juega el control del Congreso.
TRUMP AMPLÍA LA MILITARIZACIÓN EN CIUDADES DEMÓCRATAS
Chicago es la quinta gran ciudad en la que Trump ordena desplegar a la Guardia Nacional, sumándose a Los Ángeles, Washington, Memphis y Portland. En la capital estadounidense patrullan actualmente 2.400 efectivos; en Los Ángeles y Memphis operan 300, mientras que en Portland una jueza federal suspendió temporalmente la movilización.
La Casa Blanca sostiene que estas urbes viven “una ola de violencia” que solo puede ser controlada con presencia militar. Según Trump, en Washington y Memphis el despliegue responde a la delincuencia desbordada, mientras que en Los Ángeles, Chicago y Portland se debe a protestas contra las redadas del ICE.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, visitó Chicago y describió la situación como una “zona de guerra”. Pritzker replicó que el gobierno “exagera” deliberadamente y advirtió que el uso de tropas solo “inflamará los ánimos y generará más problemas”.
PROTESTAS Y DENUNCIAS DE ABUSOS
Durante el fin de semana, enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas federales dejaron varios heridos y detenidos. Testimonios denuncian uso excesivo de gases lacrimógenos y fuerza desproporcionada contra ciudadanos que protestaban por los abusos hacia migrantes y las condiciones en los centros de detención.
La Guardia Nacional, que normalmente está bajo control de los gobernadores, puede ser movilizada por el presidente en situaciones de emergencia. Trump evalúa invocar la Ley de Insurrección de 1807, una herramienta legal excepcional que le permitiría tomar control directo y extender la autoridad militar sobre la civil.
🚨🇺🇸 EEUU EN TENSIÓN
Trump: «El alcalde de Chicago y el gobernador de Illinois deberían estar en la cárcel por no proteger a los agentes de ICE». pic.twitter.com/zkS7AW9Elb
— Vanessa Teresa 🍒 (@CoralTeresa) October 8, 2025