El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, generó una nueva controversia este martes al sugerir que el Golfo de México cambie de nombre a “Golfo de Estados Unidos”.
Según el Mandatario, esta medida reflejaría la importancia de su país en la región y su influencia económica y militar en el hemisferio occidental.
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En una conferencia de prensa desde su mansión en Florida, Trump anunció: “Vamos a cambiar el nombre del golfo de México por el ‘golfo de América’, que suena muy bien y abarca una gran extensión de territorio. Qué nombre tan hermoso. Y es apropiado, realmente lo es”.
Poco después del anuncio, la congresista republicana Marjorie Taylor Greene indicó que presentará un proyecto de ley para hacer oficial el cambio de nombre.
INDIGNACIÓN EN MÉXICO
La propuesta fue recibida con escepticismo y rechazo, especialmente en México, donde políticos y analistas calificaron las declaraciones como un gesto innecesario y provocador.
“Cambiar un nombre no cambia la historia ni la geografía. Es una distracción más de temas realmente importantes”, señaló el analista mexicano Jorge Ramírez.
El Golfo de México es históricamente compartido por Estados Unidos, México y Cuba, y su nombre está profundamente arraigado en la historia de la región.
Aunque no existen planes concretos para formalizar este cambio, la polémica resalta la tendencia del presidente electo a hacer declaraciones que desafían las convenciones establecidas.
