Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han alcanzado un nuevo nivel con la implementación de una medida sin precedentes por parte de la administración de Donald Trump. La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) anunció la imposición de tarifas de hasta 1,5 millones de dólares por cada barco chino que atraque en puertos estadounidenses, con el objetivo de frenar lo que Washington considera prácticas desleales en la industria naval por parte de Pekín.
MOTIVACIONES DETRÁS DE LA MEDIDA
Según la USTR, China ha logrado expandir su participación en la construcción naval mundial del 5% en 1999 al 50% en 2023 , gracias a subsidios estatales y ventajas para empresas públicas. Este crecimiento ha generado preocupación en EE.UU., que teme por la competitividad de su industria marítima.
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La medida no solo afecta a los barcos de bandera china, sino que también contempla tarifas adicionales para operadores no chinos que utilicen embarcaciones construidas en China. Los montos varían según el porcentaje de estos barcos en sus flotas.
IMPACTO EN EL COMERCIO GLOBAL
Los expertos advierten que esta nueva regulación podría provocar un envío masivo de carga desde puertos estadounidenses hacia Canadá y México . Ryan Petersen, CEO de Flexport, indicó que «una gran cantidad de carga con destino a EE.UU. intentará desviarse a los puertos de Príncipe Rupert y Vancouver en Canadá, para luego ser transportada por tren o camión hasta Chicago y otras ciudades del este».
Además, el profesor Albert Veenstra, de la Universidad Erasmus de Rotterdam, rechaza la idea de que China haya debilitado la industria naval estadounidense de forma injusta. «Desde este punto de vista, lo que se plantea es que China cometió una injusticia al desarrollar su propia industria naval, lo cual resulta una afirmación extraña», señala.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
El impacto de esta tarifa en el costo del transporte marítimo podría ser significativo. Peter Sand, analista jefe de la empresa de análisis naval Xeneta, explicó que una tarifa de un millón de dólares por barco incrementaría el costo de cada contenedor en mil dólares . Esto se traduciría en precios más altos para los productos importados , afectando la economía estadounidense.
Además, la medida podría provocar interrupciones en las cadenas de suministro , generando mayores tiempos y costos de transporte para las empresas que dependen del comercio internacional.
RESPUESTA DE CHINA
El gobierno de Pekín rechazó enérgicamente esta nueva política, calificándola de intervención injustificada en el comercio marítimo. China también reafirmó su oposición a la presencia de EE.UU. en el mar de China Meridional, una zona clave por donde transita alrededor del 30% del comercio global .
Además, en respuesta a las crecientes tensiones con Washington, China ha aumentado su gasto militar en un 7,2% , alcanzando los 245.600 millones de dólares . El primer ministro Li Qiang destacó la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas del país frente a desafíos externos.
¿PODRÍA ESCALAR UN CONFLICTO ARMADO?
El aumento de la tensión entre ambas potencias ha llevado a un refuerzo militar en la región del Pacífico. EE.UU. Recientemente se desplegó dos submarinos nucleares en Guam, en apoyo a la Séptima Flota. Al mismo tiempo, China ha desarrollado nuevas armas, como los misiles balísticos DF-21 y DF-26 , diseñados para atacar portaaviones estadounidenses con alcances de hasta 1.800 millas náuticas .
A pesar del endurecimiento de las medidas económicas y militares, ambas naciones han comenzado a negociar una posible cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping , en un intento por evitar una escalada mayor en la crisis comercial y geopolítica .