Internacional

Trump y Xi Jinping retoman el diálogo en medio de guerra arancelaria

Por Allan Santander

Periodista

Trump
Donald Trump y Xi Jinping durante un encuentro en 2019 (Foto: REUTERS)
El presidente de EE.UU. contactó a Xi Jinping tras semanas de acusaciones cruzadas por violaciones comerciales y restricciones diplomáticas. Esta conversación es la primera desde el inicio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

En medio de un clima cargado por restricciones arancelarias y acusaciones diplomáticas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, logró finalmente establecer comunicación con su par chino, Xi Jinping. La llamada, solicitada expresamente por el mandatario estadounidense, fue confirmada este jueves por la agencia estatal china Xinhua.

Se trata del primer contacto telefónico entre ambos líderes desde la llegada de Trump al poder, y se produce en un contexto en que las negociaciones comerciales bilaterales han vuelto a deteriorarse, pese a un reciente acuerdo para reducir temporalmente los aranceles.

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QUEJAS PREVIAS

La conversación se concretó solo un día después de que Trump expresara públicamente su frustración por la falta de comunicación con Xi. “Me gusta el presidente Xi de China, siempre me ha gustado y siempre me gustará, pero es MUY DURO Y EXTREMADAMENTE DIFÍCIL LLEGAR A UN ACUERDO CON ÉL”, escribió en su red social el miércoles.

La Casa Blanca había anunciado en varias ocasiones una inminente conversación con el líder chino, pero hasta ahora esas expectativas no se habían materializado.

INTERCAMBIO DE ACUSACIONES

La reanudación del diálogo ocurre en paralelo al recrudecimiento de las fricciones entre ambas potencias. Washington acusa a Pekín de no cumplir con el compromiso asumido el pasado 12 de mayo en Ginebra, donde se acordó suavizar los controles a la exportación de tierras raras –minerales esenciales para la producción de semiconductores, vehículos eléctricos y tecnología militar–. China controla el grueso del suministro global de estos recursos.

Trump, de hecho, declaró este viernes que China había “violado totalmente” el acuerdo bilateral de distensión, profundizando el deterioro del entendimiento alcanzado apenas semanas atrás.

En respuesta, el gobierno chino acusó a Estados Unidos de imponer medidas “restrictivas y discriminatorias”, entre ellas la cancelación de visados para estudiantes chinos. Pekín también denunció restricciones a la venta de software para el diseño de chips y componentes de motores de avión, así como trabas adicionales contra el gigante tecnológico Huawei.

ESCALADA ARANCELARIA

La tensión se intensificó aún más con el anuncio de nuevos aranceles por parte de la administración Trump. Esta semana, Washington duplicó del 25 % al 50 % los aranceles sobre el acero y el aluminio importado, aunque excluyó del aumento a Reino Unido, en virtud del reciente acuerdo comercial bilateral.

China, mayor exportador mundial de acero, criticó duramente la medida. El portavoz del Ministerio de Comercio, He Yongqian, advirtió que estas decisiones “perturbarán gravemente la estabilidad de las cadenas industriales de suministro globales”.

“La medida perjudicará a otros, pero también a los propios EEUU”, señaló en conferencia de prensa. He agregó que la decisión es “un ejemplo típico de proteccionismo” y contraviene las normas de la Organización Mundial del Comercio.

Asimismo, instó a Washington a “respetar las leyes económicas, abandonar el pensamiento de suma cero, dejar de generalizar y abusar del concepto de seguridad nacional y trabajar con todas las partes para mantener un sistema de comercio multilateral basado en reglas”.

ESTUDIANTES EN LA MIRA

Otra fuente de conflicto ha sido el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos hacia ciudadanos chinos. La Casa Blanca anunció restricciones “agresivas” en la emisión de visados para estudiantes, una medida que afecta directamente a una de las principales comunidades de estudiantes extranjeros en universidades estadounidenses.

Desde Pekín consideran que estas acciones socavan la cooperación bilateral en el ámbito educativo y científico, y las ven como parte de una estrategia más amplia para limitar el desarrollo tecnológico chino.

UN CONTACTO TARDÍO, PERO CRUCIAL

Aunque los detalles del intercambio telefónico no se han revelado en su totalidad, el gesto representa un paso importante para aliviar las tensiones. Trump, según informes anteriores, habría insistido en lograr esta conversación personalmente, convencido de que su intervención directa podría desbloquear las negociaciones.

Sin embargo, la brecha entre ambas naciones parece difícil de cerrar. Las diferencias no se limitan al comercio. Afectan también a la política tecnológica, la seguridad nacional, el acceso a mercados clave y la influencia estratégica global.

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