Una feroz tormenta eléctrica sorprendió a Francia durante la noche del miércoles y madrugada del jueves, dejando un saldo de dos personas fallecidas y al menos 17 heridos. La capital, París, amaneció con calles anegadas, árboles derribados y la actividad parcialmente paralizada. Las condiciones meteorológicas extremas, alimentadas por una ola de calor previa, generaron un caos pocas veces visto en pleno verano europeo.
Las ráfagas de viento y la saturación del suelo provocaron caídas de árboles en distintas regiones. En Montauban, un niño de 12 años murió tras ser aplastado por uno de ellos. Más al noroeste, en Mayenne, un hombre perdió la vida cuando un árbol cayó sobre su cuatrimoto mientras circulaba por una carretera.
La agencia de protección civil francesa informó además que “la agencia indicó que también se cortó el suministro eléctrico a 110.000 hogares”. La caída de árboles sobre el tendido eléctrico y las líneas ferroviarias interrumpió los servicios en distintas partes del país, dificultando tanto el transporte como las labores de emergencia.
Lea también: Las sombras de la cumbre del BRICS
ESCENAS DE CAOS
París vivió uno de los episodios más dramáticos. Las intensas lluvias y los vientos huracanados convirtieron los bulevares en torrentes de agua. Vehículos dañados, ramas esparcidas y calles bloqueadas ofrecieron un paisaje de destrucción al amanecer.
Incluso la Asamblea Nacional se vio afectada. Durante una sesión legislativa, mientras el primer ministro François Bayrou pronunciaba un discurso sobre Oriente Medio, comenzaron a caer gotas desde el techo. “¿Se han dado cuenta de que llovía?”, ironizó Bayrou, mirando hacia arriba ante las goteras. El vicepresidente de la cámara, Roland Lescure, ordenó suspender brevemente la sesión para que los bomberos evaluaran el daño. “Se utilizaron tapetes absorbentes para tapar la fuga”, relató más tarde.
CALOR EXTREMO
El origen del fenómeno se explica por las temperaturas inusualmente elevadas que marcaron la jornada previa. En varias regiones del país se superaron los 35 °C, e incluso en algunas zonas del sur se alcanzaron los 40 °C. Según los meteorólogos de Météo France, este calor actuó como “un carburante extremadamente eficaz” que potenció la formación de tormentas.
Simultáneamente, una masa de aire frío en altura —una “gota fría” desplazada desde la costa de Portugal— entró en conflicto con el aire caliente. “El patrón básico es clásico: aire cálido asciende desde el norte de África y España, mientras que una perturbación fría llega desde el oeste”, explicó Emmanuel Wesolek, presidente del observatorio de tormentas Keraunos.
MILES DE RAYOS
Keraunos reportó la caída de cerca de 17.000 rayos en una sola noche, con descargas de hasta 517 kA. El sistema eléctrico colapsó en múltiples regiones. Enedis, operador de la red de distribución, informó que para la mañana del jueves todavía había 86.500 hogares sin luz, principalmente en el suroeste del país.
Las zonas más afectadas fueron Auvernia, Midi-Pirineos Norte, Centro-Valle del Loira, Borgoña y Lemousin. En algunas regiones, los árboles y objetos derribados obstruyeron caminos, dañaron viviendas e interrumpieron servicios básicos. Protección Civil reportó “más de 2.500 intervenciones” de bomberos durante la noche.
#N4V | Una de las tormentas eléctricas más intensas de los últimos años en Francia dejó un saldo de al menos dos personas fallecidas y 17 heridas, una de ellas de gravedad, según informó la Agencia Francesa de Protección Civil.
El fenómeno ocurrió la noche del miércoles y afectó… pic.twitter.com/eErCMElZhG
— Noticias 4Visión (@noticias4vision) June 26, 2025