El ejército de Israel lanzó un ataque aéreo en las cercanías de Beirut, en el Líbano, en el que arrasó con seis edificios y provocó al menos seis muertes y dejó cerca de 91 personas heridas. El objetivo del ataque era el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, del que aún se desconoce su paradero.
Según consignó la Agencia Italiana de Noticias (ANSA), Zainab Nasrallah, hija del secretario general de Hezbolá, habría muerto en el ataque israelí.
Informaron que la embajada iraní en Líbano aseguró que «el ataque israelí de hoy es una escalada que cambiará las reglas del juego», advirtiendo que «recibirán el castigo adecuado».
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Aún se estaría verificando si es que el principal objetivo del ataque habría sido o no asesinado. La agencia estatal iraní Tasnim reportó que Nasrallah estaría «en un lugar seguro y todavía está vivo».
Los cohetes, según las FDI, se dirigieron hasta un cuartel de la organización chií, que estaba situado bajo un edificio residencial en la capital libanesa.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, advirtió que si Irán quiere dañar a su país ellos devolverán el acto: «Si atacan, tendrán una respuesta».
