Al hijo del presidente de Estados Unidos se le acusó de faltar a la verdad sobre el consumo de drogas ilegales, para comprar un revólver calibre 38 en 2018.
Las autoridades competentes comenzaron a deliberar este lunes en el juicio de Hunter Biden por cargos federales de posesión de armas.
Proceso en curso
El primer proceso penal contra el hijo de un mandatario estadounidense en ejercicio.
El abogado de 54 años está acusado de mentir sobre su consumo de drogas para adquirir una pistola en 2018.
Su juicio se desarrolla justo cuando su padre busca la reelección en los comicios generales del 5 de noviembre de 2024.
Los 12 miembros del jurado comenzaron a deliberar después de que los fiscales y el equipo de defensa de Hunter Biden presentaran sus correspondientes alegatos finales.
El jurado del caso se reunió aproximadamente 1 hora antes de concluir la esperada de liberación, según informaron CNN y otros medios internacionales.
Se volverán a reunir el próximo martes 11 de junio.
Apoyo de la familia
Hunter Biden no declaró durante la semana que duró el juicio celebrado en Wilmington, su ciudad natal.
El proceso, junto con otro caso en el que Hunter se enfrenta a cargos de evasión fiscal en California, complica los esfuerzos de los demócratas por mantener el foco en el probable candidato presidencial republicano Donald Trump, el primer expresidente en ser declarado culpable de delitos penales.
Por su parte Donald Trump recibió el recién pasado 30 de mayo una sentencia de culpabilidad por cargos de fraude empresarial, en un caso que involucra a la exestrella del cine para adultos Stormy Daniels.
Jill Biden, primera dama, asistió al juicio en varias oportunidades.
En el caso del presidente, no se presentó, pero aseguró que él y su esposa están «orgullosos» de su hijo.
«Como presidente no hago ni haré comentarios sobre casos federales pendientes, pero como padre, tengo un amor ilimitado por mi hijo, confianza en él y respeto por su fortaleza», dijo Biden en un comunicado.
Sentencia más leve
El hijo del presidente asegura que en el momento en que compró el revólver no se consideraba adicto. Es enfático en declarar que desde 2019 no ha consumido drogas.
Si es declarado culpable, se enfrenta a una pena de hasta 25 años de prisión, aunque se espera una sentencia más leve.
Esta puede ser sin cárcel, por no tener antecedentes penales.
