A pesar de los esfuerzos de conservación y la atención de figuras públicas, la Ranita del Loa enfrenta desafíos críticos en su lucha por la supervivencia.
La Ranita del Loa, una especie microendémica de Chile, se encuentra en una situación precaria. Está al borde de la extinción a pesar de los esfuerzos significativos de conservación.
Esta especie única, que reside en un estero del famoso río Calama, ha estado bajo amenaza constante debido a la alteración de su hábitat natural, específicamente por la precaria calidad y cantidad del agua necesaria para sostener su población.
La Campaña de Di Caprio en 2019
El desafío de la conservación de la Ranita del Loa ganó prominencia en 2019, cuando se lanzó una campaña para salvar la especie, con el apoyo del actor Leonardo DiCaprio, quien utilizó su influencia en las redes sociales para promover la iniciativa.
La campaña dio frutos inicialmente, permitiendo el rescate y traslado de 14 ranas al Zoológico Metropolitano en Santiago para su recuperación.
La recuperación parecía prometedora cuando las 14 ranas sobrevivieron y se reprodujeron en cautiverio, lo que resultó en la nacimiento de 200 renacuajos.
Sin embargo, la reintroducción de estas ranas a su hábitat natural en Calama se ha visto frustrada por condiciones ambientales insuficientes, principalmente la falta de agua adecuada para mantener una población saludable, como señala el doctor Claudio Azat, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello.
Factores que la pone en peligro de extinción
La situación se complicó aún más por las actividades de la industria minera en la región, cuyos métodos de extracción de cobre y litio han tenido un impacto en la biodiversidad local y la disponibilidad de recursos acuáticos.
Según los especialistas, la extracción de agua de las napas subterráneas ha alterado significativamente el ecosistema, poniendo en peligro la supervivencia de la Ranita del Loa.
Un intento de reubicar a las ranas en 2020 al sector Ojos de Opache, a 6 kilómetros de su localización original, fracasó cuando las ranas se volvieron ilocalizables, a pesar del uso de tecnología GPS para su seguimiento.
Marco Méndez, doctor y académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile e investigador asociado de Capes, señaló la complejidad de restaurar hábitats dañados, indicando que las condiciones alteradas del agua hacen poco probable que el hábitat pueda recuperarse a su estado original.
La crisis de la Ranita del Loa refleja un problema más amplio de conservación y la necesidad de abordar las causas subyacentes que amenazan la biodiversidad.
El futuro de esta especie ahora depende de la posibilidad de encontrar soluciones sostenibles que reconcilien las necesidades humanas y las de la naturaleza, una tarea que se ha vuelto cada vez más urgente a medida que los efectos del cambio ambiental continúan manifestándose globalmente.
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