Pensar en que un ser con características omnipresentes, en una única noche, castiga al bueno y premia al malo con el regalo que él desee; hace que la Navidad desde los ojos de un infante sea más mágica que, a través de los de un adulto al que se le acabó el cuento del Viejito Pascuero.
Porque, “la figura del Viejito Pascuero, no se trata sólo de darle sentido a la tradición de dar regalos durante la época de Navidad; también tiene relación con la fantasía”, explica la psicóloga infantil de la Pontificia Universidad Católica, Macarena Madrid.
Para la profesional que trabaja en un colegio con niños de prebásica y básica, la fantasía es “un aspecto súper importante durante la infancia, ya que está ligado a la creatividad, la imaginación y el juego”.
Por lo que, a través de la figura de Santa Claus, los niños y niñas, antes de pasar a un pensamiento más racional, entienden el mundo “desde una mirada que, para ellos, tiene sentido”.
PENSAMIENTO MÁGICO
Manuela Jordan, psicóloga de la PUC, trabaja en una clínica infantil y realiza talleres parentales. Desde su experticia, la profesional explica que entre los 2 y 6 años, las personas poseen “pensamiento mágico”.
Es decir, “los niños suelen mezclar fantasía con realidad, razón del por qué hay amigos imaginarios, monstruos en el clóset” y un hombre gordo, de barba blanca y traje rojo el 24 de diciembre en nuestras casas.
“De por sí, no tiene nada de malo que tu niño crea en el Viejito Pascuero, porque va a creer también en muchas otras cosas, y no es razón de preocuparse. Siempre que sea una fantasía “moderada”, es decir, que no influya en otros aspectos de la vida o cause malestar”, enfatiza Jordan.
Respecto a este tema, la psicóloga Macarena Madrid, acota que la imaginación y la magia, ayudan a los niños y niñas, a “poder entender y darle sentido al mundo que nos rodea”, a la vez que lo vuelve “menos aterrador” y les da las infancias el poder de definir en qué sociedad quieren vivir.
LAS CREENCIAS DE LOS PADRES
Ahora bien, la magia y la imaginación, no provienen exclusivamente del Viejito Pascuero, por lo que si los padres desean no hacer a su hijo o hija parte del cuento, está bien.
“Aquí lo importante es que, si deciden no hacerlo, también explicarle al niño, de acuerdo a la edad en la que se encuentra, por qué ellos no siguen o no comparten dicha creencia”, señala Madrid.
Lo anterior, ya que, “que tarde o temprano sus hijos interactuarán con niños que sí creen, y esto podría generarles cierta confusión o cuestionamiento”, acota. En esa línea, también es importante conversar con tu hijo o hija para que no le rompa el cuento a sus pares.
De todas maneras, lo más importante de la Navidad, es que “los padres intenten darle sentido de acuerdo a sus creencias y valores que desean transmitir a sus hijos”, más allá de la figura del Viejito Pascuero.
REDES SOCIALES
Si tu creencia como padre, es una “pro” San Nicolás, entonces las redes sociales son algo que tienes que tener muy presente, ya que “puede funcionar como un arma de doble filo”, explica la psicóloga Macarena Madrid.
Lo anterior ya que, “si bien los niños podrían encontrar información o contenido que los haga cuestionar” la existencia del mágico Papá Noel, “, también puede ser una herramienta que le ayude a los padres a mantener viva la magia”.
“Actualmente, hay muchas opciones en donde se puede generar una ‘llamada’ con el propio Viejito Pascuero”, ejemplifica. Además, existen “formas más fáciles de enviar cartas”, a través de internet, y seguirlo en su gran recorrido del 24 de diciembre.
Todas esas herramientas del internet, “ayudan a mantener viva la imagen de esta figura, y volverla un poco más cercana y real, en el fondo hay que saber sacarle provecho a los recursos con los que no contaban nuestros papás”.
NO ROMPER EL CUENTO
“Con la edad es muy probable que desarrollando su pensamiento, tu niño o niña se dé cuenta solo que hay cosas que no calzan, o algún compañero le va a explicar la situación”, responde Manuela Jordan frente a la pregunta, ¿qué momento es bueno para terminar con el cuento del Viejito Pascuero?
En ese sentido, Macarena Madrid señala que “si un día tus hijos llegan y te dicen que ya no creen o te preguntan que, si realmente existe el Viejito Pascuero o no, no les rompas la magia de inmediato”.
Ya que, como padres, “no tenemos la certeza de hasta dónde ‘no creen’”, explica. Para evitar ese abrupto quiebre, “una buena herramienta es preguntarles a ellos si creen que existe, o por qué creen que no existe. En base a eso, ver cómo se aborda la situación e irlos ayudando a aclarar sus dudas”.
“Lo importante es respetar los tiempos de los niños, por eso es difícil pensar en una edad en dónde hablar con ellos al respecto, por eso recomendaría esperar que el propio niño comience con sus cuestionamientos”, pero hasta que eso no ocurra; termina tu cena, y sal a la plaza a buscar al Viejito, que quizá incluso te encuentres con uno de sus renos.
