El ministro de Hacienda, Mario Marcel, mantuvo la proyección de crecimiento de 2,6% para 2024 en Chile y puso paños fríos a la caída de la inversión reflejada en el informe de Cuentas Nacionales del Banco Central difundido esta mañana.
En un punto de prensa en La Moneda el secretario de Estado aseguró que, sumando las cifras del primer y segundo trimestre, en los primos seis meses de 2024 la economía acumuló un crecimiento «levemente sobre 2%» comparado con el mismo periodo del año pasado.
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Agregó que «lo que necesitamos en el segundo semestre es crecer del orden de 3%, un poco por sobre eso, para estar en el 2,6% que ha proyectado el Gobierno».
«Para que eso ocurra, lo que tiene que pasar es que la economía tiene que crecer en la segunda mitad del año a la misma velocidad a la que en promedio creció en la primera mitad», explicó.
INVERSIÓN
En cuanto a la inversión, comentó que «tenemos un principio de inflexión en el segundo trimestre de ese año liderado por la inversión de maquinaria y equipo».
«También es destacable el crecimiento de las exportaciones, de 7,3%», añadió.
A su juicio, la expansión de las exportaciones mineras comparado con el comportamiento de la producción, «explica la caída de inventarios en la minería que, al sumarse a la formación bruta de capital fijo, da para la inversión una cifra más negativa (-8,7%)».
«Pero lo que refleja es algo positivo: que las exportaciones crecen más que la producción, por lo que va a ir seguido de un crecimiento de la producción», aseguró.
El ministro Marcel recalcó que «lo que ha ocurrido hasta ahora es consistente con una proyección de 2,6%» para el crecimiento del PIB en 2024.
QUÉ DICE EL INFORME
Según el informe de Cuentas Nacionales del Banco Central, la economía chilena mostró una desaceleración en el segundo trimestre al expandirse 1,6%, por debajo al crecimiento de 2,5% registrado en los primeros tres meses del año.
La cifra se ubicó dentro de lo esperado por el mercado.
El instituto emisor detalló que el PIB fue impulsado, principalmente, por las actividades de minería, generación eléctrica, comercio y transporte.
Desde la perspectiva del gasto, el crecimiento de la actividad se sustentó en un mayor nivel de exportación, mientras que las actividades de servicios empresariales, agropecuario-silvícola y pesca presentaron las principales incidencias a la baja.
En términos desestacionalizados, el PIB registró una desaceleración de 0,6% respecto al trimestre anterior.
La demanda interna, a su vez, disminuyó 1,4% como resultado de una menor inversión, que retrocedió en 8,7% debido a sus dos componentes: la formación bruta de capital fijo que decreció 4,1% y la variación de existencias que mostró una caída de 0,6% del PIB.
