Desde niñas que sin conocer a su padre, lloraban el dolor de su madre; hasta jóvenes que a partir de un grupo de huesos pudieron dar digna sepultura a su familia. «A 50 años del Golpe: Memorias de mujeres de Paine», recoge los relatos de 10 personas que en carne propia sufrieron la ejecución o desaparición de sus cercanos.
Paine es uno de los lugares en Chile con más víctimas de la dictadura. Hoy se cuentan 70 víctimas, 63 de ellos campesinos que buscaban mejores condiciones de vida en el campo.
Con ese lamentable antecedente en cuenta, la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu), dictó un taller de Cultura en el que invitó a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados políticos de Paine.
Hoy, diez de esas mujeres, ven sus historias de lucha, resiliencia, carencias, incomprensiones, incomodidades y búsqueda de verdad y justicia; en un formato escrito disponible para todo aquel con acceso a internet que visite prodemu.cl, o para quien asista a la Biblioteca de Mujeres de Prodemu en Agustinas 1389.
ELABORACIÓN DEL LIBRO
La convocatoria y ejecución de este taller lo realizó el equipo de Prodemu de la provincia de Maipo, y la actriz y psicóloga Doris Bejarano, quienes acompañaron y guiaron a estas mujeres que cada semana se reunieron en el memorial de Paine para plasmar sus historias.
Pero no sólo eso, porque esposas, hijas y nietas también se reunieron para estrechar los lazos entre ellas en cada conversación, letra y lectura, en busca de reparación.
Además, cada historia, que conforma las 100 páginas del libro, se acompaña de ilustraciones de artistas que plasmaron en sus dibujos sus sentires a partir de los relatos.
LANZAMIENTO DEL LIBRO
Pamela Rodríguez, directora de Prodemu Metropolitana señala que “estas mujeres, familiares de los ejecutados de la provincia del Maipo, estuvieron dispuestas a entregarnos sus historias, y el resultado es este libro impreso en el que aparecen los relatos de estas 10 participantes. Nosotras como equipo regional estamos vinculadas con el ejercicio de la memoria viva que tienen los familiares, sobre todo para que quede a las futuras generaciones”.
Por su parte, Flor Lazo, presidenta de la Agrupación y una de las protagonistas que dio forma a este libro, comentó: “Fue difícil realizar este taller, pero con el apoyo de Prodemu logramos terminarlo, porque no es fácil contar la historia de nuestro sufrimiento, abrir el corazón. Pero lo logramos, sobre todo con el acompañamiento que nos entregaron en el taller… Esto va a servir para que se mantenga esta historia acá en el memorial y cualquier persona pueda verla y mantener la memoria viva en el futuro, de dejar escrito el sufrimiento que nos causó esto y que quede escrito para que otras generaciones lo puedan leer”.
La gestora de formación y capacitación de Prodemu en la provincia del Maipo, Paula González, dijo que “esto va a quedar como una memoria permanente y, lo más importante, se lo llevan las familias en sus vidas, para vaciar ese dolor y plasmar lo que eran sus familiares, desde una óptica personal, familiar”.
A la actividad asistieron también familiares de estas mujeres, la seremi de la mujer de la RM, Ana Martínez, el encargado del Memorial de Paine, Juan Maureira y la agrupación folclórica “Floreció el Olvido”.
FRAGMENTOS
Hace 10 años que ella falleció, pero hasta su último momento ella recordó a
mi hermano, siempre tuvo la esperanza de que volvería, decía: “puede que
algún día llegué”. Nunca lo hizo, eso era muy triste para nosotros…– «Se lo llevaron así», Alicia Pavez Acúleo.
De mi prima Magali Muñoz, que le quitaron a su
padre no permitiéndole recibir un abrazo o un consejo de él, a ella la quiero
mucho; a mi madrina, Silvia Muñoz, que le arrebataron al padre de sus hijos
y a sus hermanos; a la tía Teresa Herrera, que le quitaron a su esposo y a su
hermano, dejándola con un bebé en sus brazos; a la señora Graciela Tamayo
(Chelita), quién tuvo que luchar por sus hijos sin su amado.– «Me pongo en tus zapatos», Francisca Muñoz Becerra.
Esa noche no dormimos nada. Cuando aclaró, salimos a la calle y nos dimos
cuenta de que a nuestras vecinas les había pasado lo mismo y a varias más
del sector, sus maridos eran parte del sindicato de Nuevo Sendero.
Mi padre fue asesinado junto a mis hermanos en la quebrada de los Quillayes,
los encontramos 38 años después.– «Relatos», Flor Lazo Maldonado.
