La ministra de Obras Públicas, Jessica López, aseguró que tras los episodios de lluvias en la zona centro sur del país, los embalses de las regiones del Maule y el Ñuble están «con harta agua», pero que eso «no resuelve el problema a largo plazo» de la megasequía.
«No tenemos que olvidarnos de la condición basal que tenemos: tenemos una megasequía que está instalada en nuestro país hace 14 años y hay que asumir que es un cambio estructural en nuestra situación climática; esto es algo que además ha venido avanzando y pronunciándose de norte a sur», dijo en entrevista con Cooperativa.
Respecto de la disponibilidad de agua para el verano, López puntualizó que «lo que nosotros hacemos en octubre es mirar los caudales, mirar cuánta nieve hay acumulada, cuanta agua hay en los embalses, y a partir de ahí entonces mirar un poco los pronósticos que nos dieron en la Dirección Meteorológica y poder decir cómo vamos a pasar no solo la temporada de riesgo, sino que el abastecimiento del agua para las personas en las principales ciudades».
Sin embargo, agregó, «va a depender de cómo vayan evolucionando las precipitaciones y la temperatura, porque las lluvias en la medida que vienen con esta isoterma alta o baja, va a significa que se acumula nieve o que llueve como agua y cae por los caudales de los ríos».
HAY DISPONIBILIDAD
Respecto de las zonas más afectadas por la megasequía, la secretaria de Estado recordó que en las regiones de Atacama y Antofagasta existen plantas desaladoras. Entonces, «en estricto rigor en esas zonas no hay problema de agua».
Distinta es la situación de la región de Coquimbo, donde la lluvia estuvo ausente este invierno: «Los embalses están con bajo nivel, naturalmente hubo poco caudal», aclaró López, «sin perjuicio de lo cual, para este verano en particular, la empresa sanitaria nos informa que hay disponibilidad de agua para enfrentar el verano».
La secretaria de Estado recordó que la Dirección General de Agua tiene dispuesto decreto de escasez en 108 comunas de nuestro país, «pero no sólo en la zona central», sino que «desde Atacama hasta Magallanes».
En este sentido, reflexionó que «no podemos pensar que vamos a seguir adelante haciendo lo mismo» y que hay que ver «cómo recuperamos y cuidamos nuestros ecosistemas de manera de poder restaurar en cierta medida la operación del ciclo del agua que hoy día está deteriorada, interrumpida».
