Mirándose en los ojos del caníbal Por Víctor Maldonado R.
Carecer de candidato presidencial le ocasiona muchas dificultades a la centroizquierda, pero le facilita las negociaciones en curso.
Lo que se discute explícitamente corresponde con exactitud a aquello que se quiere discutir y eso simplifica mucho las cosas.
Es lo contrario de lo que acontece en la oposición.
En la derecha está muy presente el impacto que las principales decisiones municipales y regionales tienen en la competencia presidencial, por lo que nunca se sabe con certeza si los argumentos que se esgrimen son los que de verdad están sosteniendo una aspiración concreta o es para competir mejor después.
Estamos en el momento más complejo de las tratativas en la oposición porque la lentitud de los avances está amplificando las reacciones internas cada vez que un partido y un bloque cede en beneficio de otro.
Si los avances tuvieran un ritmo más acelerado, ello permitiría que la conmoción en los partidos se viera compensada por la expectativa cierta de multiplicar las victorias de la derecha, en algo que se podría parecer bastante a estar cerca de duplicar el número de municipios actualmente en sus manos.
Es solo que tener una oportunidad de una victoria excepcional no es lo mismo que saber aprovecharla.
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Para acercarse al óptimo, se debe partir sobre la base de que hay algo parecido a un bien común de la oposición que facilita los acuerdos.
En estos días, en la centroderecha están llegando al convencimiento de que tal orientación está ausente en el ánimo de sus socios y competidores republicanos.
Andrea Balladares, secretaria nacional RN, ha dicho que a republicanos no le interesa la unidad, sino establecer “quién lleva la voz del sector”.
El rudo comportamiento atribuido a republicanos no está exento de lógica.
En la derecha hay varios partidos habitando el mismo espacio y eso siempre significa una situación inestable.
Si el escenario se simplifica y se establece un nítido ganador, republicanos está seguro de convertirse en el partido rector, ampliándose al espacio que ocupa la UDI y obligando a la subordinación de RN.
De manera que el comportamiento está siendo desigual en este sector.
Los partidos de Chile Vamos están cediendo para llegar a acuerdos porque es lo que necesitan, de lo contrario, dejarían de existir como bloque y separados no tienen ninguna chance frente a republicanos.
El partido de Kast tiene el incentivo contrario porque el paso del tiempo aumenta su capacidad de negociación.
En este ambiente sólo se puede alcanzar un subóptimo porque las tensiones excesivas en la negociación consiguen indisciplina en las elecciones.
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Republicanos no es un socio fiable, sino predecible. Llegará a acuerdo de candidaturas únicas cada vez que le sirva y levantará otra candidatura cada vez que tenga opciones y los otros no se lo reconozcan. No es el invitado ideal.
Esta situación es demasiado transparente como para que, sentados en la misma mesa, algunos no vean reflejado en los ojos que tienen al frente una cierta propensión al canibalismo. Y lo que verá es apetito, no interés por el tema en conversación. Algo que no deja de ser inquietante cuando se aproxima la hora de almorzar y, en vez del menú, piden la lista de los invitados.
