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Molestia y resignación en gobierno de Milei por caída de ley Ómnibus

Agencias

El Gobierno asume que el proyecto está muerto. Se considera inviable su regreso a la Comisión para su tratamiento.

Molestia y resignación en gobierno de Milei por caída de ley Ómnibus. En la Casa Rosada reina un clima de furia y resignación tras el rotundo fracaso de la Ley Ómnibus en el Congreso.

La iniciativa, considerada como una de las prioridades del gobierno de Javier Milei, se vio frustrada por la falta de consenso y la oposición de un sector de los propios aliados del oficialismo.

Un funcionario cercano al Presidente no ocultó su frustración: «La relación con los gobernadores está rota. No creo que la Ley Ómnibus vuelva a tratarse».

Esta bronca se refleja también en las declaraciones públicas de Oscar Zago, jefe del bloque de La Libertad Avanza, y del ministro del Interior, Guillermo Francos, quienes evidencian un clima de tensión y resignación ante una incipiente crisis política.

Gobierno asume que proyecto está muerto

El Gobierno asume que el proyecto está muerto. Se considera inviable su regreso a la Comisión para su tratamiento.

La posibilidad de una consulta popular se analiza, pero se reconoce la complejidad y los costos de su organización, así como el desconocimiento generalizado sobre el contenido específico de la ley.

Sin embargo, no se descarta por completo esta opción, que podría servir para exponer a los legisladores que votaron en contra.

Gobierno traspasa responsabilidad al Congreso

La estrategia oficial se centra en cargar la responsabilidad sobre los hombros de los legisladores y gobernadores de la oposición. La consulta popular se ve como una herramienta para este fin.

La autocrítica por parte del oficialismo parece descartada, a pesar del fracaso del proyecto, que había sido objeto de críticas y modificaciones durante su tramitación.

Los bloques de la oposición dialoguista, por su parte, se desmarcan de la responsabilidad. Advirtieron sobre la falta de acuerdos sólidos antes de la votación y consideraron previsible el fracaso del proyecto.

El Gobierno quedó expuesto después de días de negociaciones y pedidos de modificaciones, evidenciando su incapacidad para generar consensos.

Se quiebra relación con gobernadores

La caída de la Ley Ómnibus también afecta la relación del Gobierno con los gobernadores. La tensión se observa especialmente en el caso de Córdoba, donde el voto negativo de algunos legisladores oficialistas generó malestar y amenazas de represalias.

En este contexto de furia y búsqueda de responsables, el futuro de algunos funcionarios, como Osvaldo Giordano, titular de ANSES y cercano al ex mandatario Juan Schiaretti, parece comprometido.

El futuro político de Argentina se encuentra en un estado de incertidumbre. El fracaso de la Ley Ómnibus ha abierto una crisis que pone en jaque la gobernabilidad de Milei y su capacidad para llevar adelante su agenda.

La búsqueda de responsables y la falta de autocrítica por parte del oficialismo no auguran un panorama favorable para la resolución de la crisis.

La pelota está ahora en la cancha del oficialismo. Deberá encontrar una manera de recomponer la relación con los gobernadores y generar consensos con la oposición para evitar que la crisis se profundice.

El futuro de Argentina dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para superar este desafío.

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