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Mujeres al poder: El camino hacia la igualdad en la política

Sofía Martínez

La participación y el liderazgo de las mujeres en la política no ha sido un camino fácil. Hoy se sigue luchando por las adversidades.

En Chile, las mujeres han estado luchando por conseguir un espacio en la política durante décadas. Aunque ha habido avances significativos en los últimos años, todavía enfrentan numerosos desafíos para lograr la igualdad de género en el ámbito político.

Uno de los hitos más importantes en la historia política de Chile fue la elección de Michelle Bachelet como la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la República en dos ocasiones, en 2006 – 2010 y 2014 – 2018. Antes de llegar a la presidencia, Bachelet también fue la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Defensa en 2002, rompiendo barreras de género en un área tradicionalmente dominada por hombres.

Sin embargo, a pesar de los logros de Bachelet y otras mujeres en la política chilena, la representación femenina sigue siendo baja en comparación con la de los hombres. Esto ha llevado a la implementación de la Ley de Cuotas en el Congreso en 2015, que reserva un 40% de los escaños para mujeres en las elecciones parlamentarias. A pesar de que esta medida ha ayudado a aumentar la participación femenina en la política, todavía existe resistencia por parte de algunos sectores que consideran estas cuotas como injustas o innecesarias.

«Hemos progresado, pero no estamos bien»

La alcaldesa Evelyn Matthei asegura que “ser mujer en Chile es muy duro y es muy injusto y nos llevamos una cantidad o una proporción del trabajo que implica también que tantas mujeres tengan problemas, por ejemplo, de salud mental, de estrés. Entonces si hay alguien que siente que hay una diferencia en la votación en cómo votan los hombres y las mujeres sí claramente vemos una diferencia. Las mujeres con mucho más practicas porque necesitan muchas más soluciones y rápido”.

La exsenadora comenta que “cuando uno mira lo que pasaba hace 20 años atrás, cuando entré por primera vez a la cámara de diputados éramos siete diputadas de 120. Y si ustedes miran la primera foto del expresidente Aylwin y su gabinete no había ninguna mujer, ni una sola. Eso hoy en día ya no sería posible. Así que de que hemos progresado, hemos progresado. Eso hoy en día ya no sería posible, lo cual no significa que estemos bien, nos falta muchísimo todavía”.

La política: un espacio masculinizado

Otro desafío importante al que se enfrentan las mujeres en la política es el machismo arraigado en la sociedad, que se refleja en actitudes discriminatorias y prejuiciosas hacia las candidatas. Las mujeres que deciden incursionar en la política suelen enfrentarse a críticas más severas y a estereotipos de género que minimizan su capacidad de liderazgo.

En ese sentido, la participación política de las mujeres es clave para contribuir en los cambios sociales por medio de la toma de decisiones en asuntos que afectan directamente sus vidas y la capacidad de acción colectiva en la búsqueda de las opciones les beneficien y resguarden sus derechos.

Sin embargo, estudios y reportes desarrollados por la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres, 2023) sobre brechas de género continúan visibilizando inequidades respecto a la representatividad y participación de mujeres en la vida política.

A nivel global, sólo 28 mujeres desempeñan cargos como Jefas de Estado o de Gobierno. En el contexto de América Latina y el Caribe las mujeres ocupan el 36% de los escaños parlamentarios. En relación con los gobiernos locales de la región, esta cifra desciende a un 27%.

“No ha sido fácil”

La diputada Claudia Mix (Partido Comunes) nos comenta que “No cabe ninguna duda de que el camino ha sido difícil».

«De hecho, cuando estuve en la vicepresidencia de la Cámara, en conjunto con la Biblioteca del Congreso Nacional hicimos un estudio que tiene que ver con los parlamentos en el que se incluye el género, y nos centramos en el caso de Chile. Allí vimos y analizamos todos los avances que hemos tenido, por cierto, también los desafíos. Está claro que para llegar a donde estamos hoy y posiblemente seguir avanzando en el futuro, siempre he creído que la participación de las mujeres en la política, especialmente en mejores condiciones, es crucial”, agrega.

“Lo que busco con mis acciones no es solo el cupo, sino el avance real de las mujeres en la representación política. Es necesario mejorar las condiciones para que esto suceda”, asegura a EstáPasando la parlamentaria.

Para la diputada Erika Olivera (Ind) “la participación de las mujeres en política ha sido fundamental para visibilizar y lograr cambios sociales que son relevantes para la familia y para las mujeres en general. Pero no ha sido fácil, pues tal como en el resto de las áreas, el machismo también ha dominado desde siempre la política. Recordemos que Chile fue de los últimos países en introducir la Ley de Cuotas y lo hizo a la chilena, pues las colectividades no estaban convencidas”.

A eso agrega a EstáPasando que “hoy claramente tenemos mayor participación femenina, pero las colectividades siguen siendo dominadas por los hombres”.

La lucha por la igualdad de género

Muchas veces, las mujeres que mantienen interés en sumarse a espacios de participación política o desarrollar una carrera en cargos públicos o partidarios, se enfrentan a diversas formas de discriminación que limitan o dificultan la inclusión de sus intereses en el desarrollo de políticas, programas o definiciones de la agenda político social en todos los niveles de gobierno.

En definitiva, la lucha por la igualdad de género en la política chilena es un desafío constante que requiere de un compromiso colectivo para superar las barreras existentes y garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos que los hombres en el ámbito político.

Para Tania Bush, académica de Derecho Universidad Andrés Bello, sede Concepción, “la participación de las mujeres en política ha tendido a crecer en los últimos tiempos, pero este crecimiento no ha sido espontáneo, sino que se ha dado porque la gran mayoría de países han incorporado mandatos de inclusión haciendo reformas electorales que favorezcan la participación de las mujeres».

«Aun así, la cantidad de mujeres representantes suele ser menor que la cantidad de hombres en cargos de elección popular, por lo que aún falta mucho para lograr la paridad”, agrega.

“La política suele ser un espacio muy masculinizado, reproduciendo lógicas de la sociedad. Hay obstáculos invisibles que dificultan la participación de las mujeres, como las lógicas masculinas en la representación del poder y horarios de discusión política que no favorecen a las mujeres que se encargan del cuidado de niños u otras responsabilidades”, menciona la académica a EstaPasando.

Michelle Bachelet

A pesar de todos estos obstáculos, las mujeres continúan luchando por hacerse escuchar y ocupar espacios de poder en la política.

La destacada presencia de figuras como Michelle Bachelet ha sido inspiradora para muchas mujeres, demostrando que es posible romper con las barreras de género y cambiar el panorama político del país.

Así lo analiza Bush, quien asegura que “la presidencia de Michelle Bachelet fue importante en mostrar a las niñas que es posible llegar a espacios de poder. La presencia de mujeres en cargos importantes lleva a que los temas que les afectan tengan relevancia en la discusión política. Esto demuestra la importancia de la representación femenina en la política”.

Adriana Olguín: la primera mujer ministra de Chile y Latinoamérica 

Como dato histórico, en pleno auge de la lucha por los derechos de las mujeres en los años 40 y 50, llegó Luz Adriana Margarita Olguín Buche, quien marcaría un auge que cambiaría la forma de ver la política en Latinoamérica.

Nacida en la ciudad porteña de Valparaíso en 1911 fue la primera ministra de estado en Chile, dando pie a otras mujeres para ser parte de las decisiones del país.

En el año 52 era extraño ver a una mujer con “poder” de decisión en las políticas públicas, caso que le pasó a Adriana en sus años como autoridad.

Incluso, en sus primeros días como ministra, le sucedió una situación incómoda cuando fue a su trabajo manejando: “Lo estacioné en el lugar reservado al Ministerio de Justicia, a un costado de la Moneda. De inmediato apareció un carabinero que me ordenó retirarme porque ese estacionamiento era el del ministro. “Yo soy”, le acoté. “Señora -me insistió- retírese inmediatamente porque yo no estoy para bromas”. Felizmente, en ese momento un funcionario del Ministerio solucionó el problema”.

Su legado ministerial continuó con la Oficina de la Mujer, avanzando en las políticas que eliminen las discriminaciones catalogadas de “otras épocas”. Por ejemplo, se aceptó que tanto los hombres como las mujeres sorprendidos en flagrante delito de adulterio, la ley favorece a ambos, derrocando el beneficio al marido.

 

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