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Aborto: ¿Es la mujer la única que tiene derecho a decidir interrumpir el embarazo?

Javiera Sanzana

Periodista

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Foto: Agencia Uno
Según cifras del Ministerio de Salud, desde la implementación de la ley hasta 2023 se han realizado poco más de 3.500 procedimientos legales, una cifra que contrasta con las estimaciones de organizaciones feministas, que calculan entre 70.000 y 100.000 abortos clandestinos al año.

En Chile, el aborto está despenalizado solo en tres causales desde 2017: riesgo vital de la madre, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo producto de una violación.

Sin embargo, para algunos el acceso real a este derecho sigue siendo limitado. Según cifras del Ministerio de Salud, desde la implementación de la ley hasta 2023 se han realizado poco más de 3.500 procedimientos legales. Esta cifra contrasta con las organizaciones feministas, que calculan entre 70.000 y 100.000 los abortos clandestinos al año.

Lea también: Aborto en Chile: Más allá de la discusión política

En 2023 la entonces Seremi de la Mujer, en el Ñuble, fue denunciada por su pareja por intentar practicarse un aborto ilegal. Muchas discusiones se tomaron el momento. Una persiste hasta hoy en el tapete y cruza la discusión legal, ética y social. ¿El aborto debe ser una decisión exclusiva de la mujer o también debería tener injerencia el progenitor involucrado?

La interrogante vuelve con fuerza en momentos donde se discute la posibilidad de ampliar el marco legal hacia un aborto libre.

Está Pasando quiso aportar a la discusión, recabando la opinión de expertos, movimientos sociales  e incumbentes en el tema

AUTONOMÍA CORPORAL VS. CORRESPONSABILIDAD.

La matrona de la Clínica Dávila, Alejandra Díaz, explicó a Está Pasando que, dado el impacto físico y emocional del embarazo y del procedimiento de aborto, la decisión debe ser exclusivamente de quien lo experimenta:

«Debido a la importancia y procesos que se pasan durante un aborto, bajo mi punto de vista únicamente debería ser una decisión de la mujer. Ello, ya que es quien se somete a los procedimientos y cargas emocionales de todo lo que conlleva este proceso».

Una postura similar, pero más enfática, adopta Constanza Varela, vocera de la Coordinadora Feminista, la cuál explicó a Está Pasando:

«Exclusivamente de la mujer o niña. La autonomía política y legal de las personas es un derecho individual que no es afectado por los acuerdos civiles en matrimonio o acuerdos de vida en común. No olvidar que somos un país laico desde 1925».

Desde el activismo feminista, la gestación no implica necesariamente maternidad ni paternidad. Para Varela, la filiación se configura jurídicamente respecto de personas nacidas, no durante el embarazo:

«La gestación no supone maternidad ni paternidad. La filiación es respecto de las personas y la persona humana principia al nacer, de acuerdo a nuestro marco legal».

¿QUÉ OCURRE CUANDO HAY DESACUERDO ENTRE MADRE Y PADRE?

Una de las mayores tensiones éticas ocurre cuando uno de los progenitores desea continuar con el embarazo y el otro no. Para el movimiento «Provida», esta situación debiera resolverse resguardando el derecho del padre a participar de la decisión. Así lo planteó a Está Pasando Constanza Schneider, presidenta de la organización Siempre por la Vida:

«Un padre que desea evitar el aborto de su hijo debe ser amparado por los tribunales de justicia para proteger la vida del niño por nacer. Y si solo uno de los padres quiere hacerse cargo del hijo, debe poder acceder a derechos como el posnatal, salas cuna, y otros».

Desde la vereda opuesta, el feminismo militante, Varela rechaza tajantemente esta idea:

«Si un hombre desea hacerse responsable de un hijo, debe buscar una pareja que desee y/o decida tener o criar hijos junto a él. No puede imponer esa voluntad a quien no desea gestar».

EFECTOS EMOCIONALES Y DE SALUD EN CONTEXTO DE ABORTO O EMBARAZO NO DESEADO

La psicóloga Daniela Toro, del Centro Clínico del Ánimo y Ansiedad, señala que el embarazo deseado o no conlleva un desborde hormonal y psicológico que transforma la salud mental de quien lo vive:

«El cuerpo femenino deja de ser solo propio para convertirse en el hogar de otro ser humano. El incremento de hormonas afecta el ánimo, el sueño y la energía, y si no hay una red de apoyo, los riesgos de desarrollar trastornos del ánimo aumentan considerablemente».

En tanto, Varela enfatiza que muchas personas que deciden abortar lo hacen como un acto de autocuidado, en contextos de precariedad, abuso o violencia, donde continuar con un embarazo puede significar la pérdida de sus proyectos de vida:

«Quienes deciden abortar suelen experimentar inseguridad y temor debido a la clandestinidad impuesta por la ley y la penalización social. Pero también muchas veces sienten alivio y mejoramiento de sus condiciones de vida, sobre todo en contextos de pobreza, abuso o violencia sexual».

«Tener acceso al aborto es parte de la salud integral de mujeres, y esto lo reconoce la OMS. Cuando las personas abortan, muchas veces es para que no se siga deteriorando su salud física y mental, o para poder sostener sus proyectos vitales en una sociedad profundamente desigual».

¿QUÉ DICE NUESTRA LEGISLACIÓN?

En conversación con Está Pasando, el profesor de Derecho Constitucional y secretario académico de la Universidad Andrés Bello, Natanael David Landaeta Sánchez, afirmó que el Derecho chileno protege la vida desde la concepción, basándose en diversas normas del ordenamiento jurídico.

Explicó que esta protección se encuentra consagrada tanto en la Constitución, que en su artículo 19 Nº 1 establece que «La ley protege la vida del que está por nacer», como en tratados internacionales como la Convención Americana de Derechos Humanos, que en su artículo 4 señala que el derecho a la vida debe ser resguardado, en general, desde la concepción.

Además, mencionó disposiciones del Código Civil y del Código Penal que refuerzan esta obligación, indicando que el aborto es considerado un delito, salvo en las tres causales despenalizadas por la Ley 21.030. A juicio del académico, esta normativa no implica un abandono de la protección al no nacido, sino que se limita a eliminar la sanción penal en casos excepcionales, manteniéndose el carácter ilícito de la conducta.

Según Landaeta, tanto la jurisprudencia del Tribunal Constitucional como de la Corte Suprema han reafirmado esta visión, reconociendo al no nacido como un individuo de la especie humana y, por lo tanto, como una persona merecedora de protección jurídica.

IGLESIA: UNA MIRADA DESDE LA FE

La Iglesia Católica ha sido una de las instituciones más activas en rechazar cualquier ampliación del aborto legal, el papa León XIV, primer pontífice originario de Estados Unidos, expresó que la familia debe basarse en una «unión estable entre un hombre y una mujer».

Además, subrayó la importancia de proteger la vida de los no nacidos y de los adultos mayores, a quienes definió como seres valiosos ante los ojos de Dios, dejando en claro su oposición al aborto y tomando distancia de las demandas de la comunidad LGBT.

El padre Alejandro Abarca, párroco de la Iglesia San Lázaro, comentó a Está Pasando, aunque comprende el dolor de algunas situaciones, el aborto no resuelve el trauma, sobre todo en casos de violación:

«Aun siendo una experiencia trágica, el aborto no elimina el trauma de la mujer violada. No me parece justo castigar al inocente: ni a la mujer, que queda profundamente marcada, ni al ser que lleva en su vientre».

También plantea que muchas veces el debate se reduce a un discurso ideologizado, cuando debería centrarse en la protección de la vida desde una mirada ética universal:

«Nadie desea el aborto. La discusión se ha politizado, y se ha dejado de lado la posibilidad de brindar acompañamiento real a quienes enfrentan un embarazo en situación límite».

UN PROYECTO DE ABORTO LIBRE QUE NO CONVENCE A TODAS

En 2023, el gobierno ingresó nuevamente al Congreso un proyecto de ley que busca despenalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación. El texto fue criticado por sectores feministas por considerar que llegó tarde y sin participación social suficiente.

Desde la Coordinadora Feminista, Varela señaló: «Estaremos atentas y en movimiento para exigir una ley que garantice autonomía, equidad y condiciones materiales para ejercer este derecho. Es momento de alzar la voz, hablarlo en nuestras comunidades y poner en el centro nuestras vidas y nuestro derecho a decidir».

UN DEBATE VIVO Y URGENTE

Este debate necesario en una sociedad que busca dotar a la mujer de dignidad y derechos, busca marcar los límites en materia de aborto.

Hoy, existe en tres causales definidas en la ley y cuyo reglamento acaba de pasar la prueba en la Contraloría.

Políticamente, pareciera que los tiempos para aprobar una reforma como la presentada por el gobierno, no están. No al menos los votos que, incluso en parte del oficialismo se han dicho que no se darán.

¿Discusión testimonial, ideológica o imprescindible? Cada uno se formará su propio criterio. Lo cierto, es que no se trata solo de una pugna entre la fe y la ciencia, entre lo privado y lo público, entre la maternidad y el deseo. Tampoco solo entre quién decide interrumpir voluntariamente el embarazo. Se trata de una discusión necesaria que llevará tiempo en poder ponernos como sociedad de acuerdo.

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