Este martes, se dio a conocer que la inversión de las family offices chilenas se está expandiendo. Sin embargo, esto es principalmente en el extranjero.
En concreto, el 66% de portafolios administrados por los family offices (FF.OO.) queda invertido en los mercados internacionales, mientras que solo un 34% se encuentra en Chile.
Lo anterior es según los resultados de la décima edición del estudio anual Ameris, dados a conocer por El Mercurio. Asimismo, cabe señalar que los family offices son gestores de recursos de familias de alto patrimonio.
Según la encuesta, la presencia en el extranjero bajó un punto porcentual. Al analizar los años anteriores, se ve que en 2020, la participación extranjera representaba un 43%. Desde ese momento, la fuga de capitales se aceleró. En 2023 alcanzó su nivel más alto, y aunque dejó de crecer, tampoco se ha revertido. De hecho, se ha estabilizado en un nivel elevado.
Es importante precisar que, desde principios de esta década, las inversiones en el extranjero han superado constantemente el 50%.
Con lo anterior, se marca un cambio estructural en las decisiones de asignación de activos, afirma el estudio que recopiló las respuestas de 97 FF.OO.
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LA INVERSIÓN SEGÚN EL TAMAÑO DE LA F.O
Junto con lo anterior, se reveló que la inversión varía según el tamaño de la F.O. En detalle, las más grandes continúan disminuyendo su exposición a Chile.
Esto, mientras que las medianas y pequeñas no continúan transfiriendo más riqueza al exterior, aumentando la ponderación en inversiones locales.
«Creo que, si bien la tendencia pareciera haber terminado (fuga de capitales), veo poco probable que esos capitales retornen al país», remarca al medio antes citado Martín Figueroa, socio y director comercial de Ameris.
DIFICULTADES PARA INVERTIR EN CHILE
Según precisaron, entre los motivos de la baja repatriación de capitales se encuentran las trabas estructurales y regulatorias que dificultan la inversión en Chile.
De acuerdo con el estudio, entre las principales barreras para invertir en Chile destacan la «permisología» (39%) y la «falta de reglas claras» (30%).
«La incertidumbre regulatoria y la lentitud de los procesos de aprobación figuran como el principal obstáculo para recuperar la inversión en Chile.
Las demoras en la obtención de permisos para proyectos de inversión generan costos adicionales e incertidumbre en los plazos de ejecución, afectando la rentabilidad de los proyectos», cree Figueroa.
Asimismo, se menciona que las demoras en la obtención de permisos para proyectos de inversión generan costos adicionales e incerteza en los plazos de ejecución, afectando la rentabilidad de los proyectos.
Por último, el socio de Ameris también resalta los menores incentivos para la inversión (20%). Lo cual, implica cambios en el entorno económico y regulatorio, junto con la falta de incentivos claros para la inversión privada.