La Corte Suprema decidió ratificar las condenas contra 31 exagentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el aparato represivo del dictador Augusto Pinochet, por ser culpables del secuestro de la joven dirigente comunista Reinalda Pereira, quien fue detenida y desaparecida en 1976 mientras tenía cinco meses de embarazo.
De forma unánime la Segunda Sala del máximo tribunal decidió validar el fallo contra los otroras miembros de la DINA por su participación como autores, coautores y cómplices del delito consumado de secuestro calificado contra la joven tecnóloga médica.
Lamentablemente el cuerpo de Pereira aún no ha podido ser encontrado. Este 2024 la joven cumple 48 años desaparecida por el pacto de silencio realizado entre los asesinos y torturadores de la dictadura.
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Los apuntados como principales coautores del brutal crimen contra la mujer embarazada y que deberán cumplir diez años de presidio son los exagentes Pedro Espinoza Bravo, Juan Morales Salgado y Ricardo Lawrence Mires.
Los otros 18 coautores fueron condenados a estar siete años tras las rejas. El tribunal consideró como cómplices del ilícito a otros 14 exagentes de la DINA, quienes estarán cuatro años en prisión.
A 48 AÑOS DE UN CRIMEN BRUTAL
La joven Reinalda Pereira tenía 29 años. Era tecnóloga médica de profesión y durante los primeros años de la dictadura cívico militar trabajó asilando personas que eran buscadas por los organismos represivos de Pinochet.
Fue violentamente golpeada y luego detenida por agentes de la DINA durante la noche del 15 de diciembre de 1976, mientras esperaba la locomoción colectiva en un paradero de la actual comuna de Macul.
La mujer fue trasladada por los uniformados hasta el cuartel Simón Bolivar, una casa que tras la instalación de la dictadura fue transformada en un centro clandestino de detención, tortura y exterminio. El recinto era comandado por el hoy condenado como autor del crimen, Juan Morales Salgado.
En el lugar, Pereira «fue vista junto a otros privados de libertad que, a su vez, habían sido detenidos por las mismas brigadas bajo la política operativa entre el 13 y 15 de diciembre de 1976».
Durante su detención la joven embarazada fue brutalmente golpeada, torturada, apremiada ilegítimamente y luego hecha desaparecer por los agentes. Desde esa fecha es que no existen datos de su paradero.
En ese momento la dictadura encubrió el crimen asegurando que los registros indicaban que supuestamente ella había salido a pie por el paso fronterizo Los Libertadores desde Chile hasta Argentina, lo cual fue evidenciado y ratificado como falso.