Felipe Berríos celebra sobreseimiento y asegura que no hubo un debido proceso. Ratifica de paso que es inocente de los hechos que se le imputaron.
El sacerdote chileno Felipe Berríos emitió este lunes una extensa declaración pública luego de que la Corte de Apelaciones de Santiago dictara la sentencia definitiva de última instancia en la única causa penal que seguía abierta en su contra. En el fallo, el tribunal de alzada dejó sin efecto la parte de la resolución del 34° Juzgado del Crimen de Santiago que había dado por “establecida” su supuesta participación en un delito sexual ocurrido hace más de 25 años, hecho que él siempre negó.
No hubo debido proceso
Según explicó Berríos, la Corte fue categórica en señalar que el juez de primera instancia excedió sus atribuciones y vulneró el debido proceso al sugerir participación penal sin que existiera un juicio formal. La declaración del tribunal es explícita: “La determinación de la existencia del delito y, por sobre todo, la participación del inculpado (…) sólo puede ser establecida judicialmente a través de una sentencia en un procedimiento penal legalmente tramitado”. Ese procedimiento nunca se realizó.
La sentencia también confirma el sobreseimiento definitivo y total de la causa por prescripción, y en un punto clave agrega que dicha declaración “impide jurídicamente determinar la efectividad de los hechos materia de la investigación y, especialmente, la culpabilidad del investigado”. Para Berríos, esto derriba por completo las “elucubraciones” e inferencias del fallo original, las cuales —según recalca— carecieron de sustento y de prueba.
Satisfacción
En su declaración, el sacerdote afirma sentirse satisfecho con el resultado de un proceso que él mismo inició con el objetivo de que fuera la justicia chilena, y no instancias eclesiásticas, la que revisara las acusaciones. Criticó duramente a la Fundación Para la Confianza, a la que acusa de presentar una “falsa denuncia” y de haber preferido llevar el caso al Vaticano en lugar de someterlo a tribunales imparciales en Chile.
Berríos también reprochó la falta de colaboración tanto de la Fundación como de la Compañía de Jesús, lo que —según señaló— obligó a llegar incluso a la incautación judicial del informe canónico para que los tribunales pudieran revisar los antecedentes.
El sacerdote volvió a sostener que el procedimiento canónico “no es garantía de debido proceso ni de justicia”, pues se realiza bajo secreto y sin acceso a la prueba. Finalmente, reiteró su absoluta inocencia, reafirmó que las imputaciones fueron falsas y aseguró que seguirá dedicado “con humildad” al servicio de quienes lo necesiten.
