Una ceremonia íntima a las afueras de la puerta de Morandé 80, se llevó a cabo esta mañana previo al paso de la tradicional Romería. En ella, se presentó una intervención histórica que permanecerá allí durante un breve tiempo: los embarrados zapatos de Allende, que portó el 11 de septiembre de 1973.
Allí se pudo a ver miembros del gabinete como Álvaro Elizalde, Carolina Tohá, Carolina Arredondo, Luis Cordero y Jessica López. También, estuvo la actual ministra de Defensa y nieta de Salvador Allende, Maya Fernández; la senadora e hija del expresidente socialista, Isabel Allende; y la nieta del Dr. Allende Gossens, Marcia Tambutti.
Las palabras que abrieron la ceremonia fueron de la directora del documental «Allende, mi abuelo Allende», Marcia Tambutti.
«Queremos agradecer muy profunda y sinceramente la acogida que el presidente Boric le dio a la idea de instalar este inédito memorial durante septiembre», empezó Tambutti.
«Como familia nos emociona inconmensurablemente poner a disposición del público esta prenda personal, pero a la vez histórica. Es el único vestigio que nos queda de mi abuelo de ese martes 11 en que dio su vida para cumplir su palabra y dar una lección moral a la barbarie».
Para la nieta del derrocado presidente, es un símbolo que conecta con su vida, «por eso lo hemos denominado ‘El Caminar de un Demócrata». Y es la » huella de un hombre de carne y hueso que fue nuestro abuelo, nuestro padre, nuestro bisabuelo, nuestro tío abuelo».
Un hombre que recorrió todo Chile, junto a los más variados grupos sociales «para escuchar las demandas y las necesidades de su pueblo».
«En su sobriedad, los zapatos evocan el fuego y el barro tras el bombardeo del palacio presidencial», al ver esos zapatos, señala Marcia Tambutti, se saben de las horas resistidas dentro del palacio al Golpe que «Chicho y un puñado de hombres y mujeres que estuvieron con él, enfrentaron con tanta dignidad. Nos entristece, pero nos enorgulllece al mismo tiempo».
«Con toda la violencia y la traición reunida, quisieron eliminarlos y borrarlos. Pero no lo lograron; todo lo contrario», indica referenciando la placa en la que se leen los nombres de los 37 de los ejecutados y desaparecidos que estaban con Allende ese fatídico 11 de septiembre.
«Queremos también reconocer, querido Presidente, la placa de conmemoración que su Gobierno ha instalado en Morandé 80. Es fundamental para la memoria, para el presente y para el futuro. Marcar los espacios donde sucedieron hechos dolorosos, son partes de nuestra historia y por lo tanto, de nuestra identidad como país».
Finalizó su emocionado discurso, explicando una vez más lo que significan los zapatos de Salvador Allende: simbólicos de su andar, de su camino, de la defensa a la democracia, de sus aspiraciones por una sociedad más justa, el pluralismo y la libertad.
«Gracias abuelo y nuevamente, gracias presidente».