Según un reciente informe de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la morosidad en los créditos de consumo y comerciales en el sistema bancario alcanzó en enero su punto más alto en los últimos diez años.
El indicador de morosidad de 90 días o más en la cartera de consumo se situó en 2,99%, mientras que en el sector comercial alcanzó el 2,25%.
Estas cifras representan un aumento significativo en comparación con los registros previos, superando los niveles observados desde marzo de 2014.
Opiniones acerca de esta alza en la morosidad
Enrique Marshall, ex líder de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, describió la situación de la morosidad en la cartera de consumo como «normal alto».
Hizo énfasis en la importancia de mantener una observación continua de este indicador, dada su correlación con las condiciones económicas actuales.
La Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) informó que el total de las deudas impagas registró un incremento de 41 puntos base en una comparación anual, llegando al 2,20%.
En tanto, Alejandro Weber, exsubsecretario de Hacienda, señaló a El Mercurio que la morosidad es reflejo del funcionamiento de la economía y actúa como indicador de la salud financiera en los hogares chilenos.
Por otro lado, Tomás Flores, economista sénior de Libertad y Desarrollo, identificó el aumento de la morosidad como un «problema de pago». Y mencionó que, aunque el mercado laboral está generando empleo, este se concentra principalmente en el sector informal, afectando el acceso al crédito.
La baja dinámica del mercado laboral y la reducción en los ingresos de los hogares desde los niveles previos a la pandemia son considerados factores clave en el deterioro de la calidad crediticia.
Alejandro Weber concluyó que los ingresos familiares en Chile se mantienen por debajo de los registrados en 2017.
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