La Contraloría General de la República constató que solo 10 de los establecimientos penitenciarios de régimen cerrado administrados por Gendarmería cuentan con un sistema de inhibidores de señal de telefonía móvil.
De estos, 8 son concesionados y 2 de administración tradicional, de un total de 79 centros bajo la gestión de la institución. Esto representa solo el 12,7% de los centros con este sistema.
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Los diputados de la UDI Sergio Bobadilla, Juan Fuenzalida, Fernando Bórquez, Juan Antonio Coloma y Henry Leal solicitaron el informe.
REACCIONES
Diputado independiente-PPD y miembro de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Jaime Araya, tras informe de la Contraloría:
«Esto es muy grave, básicamente porque una de las soluciones más importantes contra el crimen organizado es el aislamiento y la utilización correcta de inhibidores de señal. Esto que fue una inversión muy cuantiosa que era anunciada con bombos y platillos no está resultando, y aquí el primer llamado es a que el Gendarmería ejerza todas las acciones legales contra el proveedor, porque hay un servicio que se está prestando y no está funcionando.
Además hay que ser capaz de cuestionar si esa tecnología realmente funciona en los términos que fue ofertada, porque lo que no nos puede pasar es que el crimen organizado tenga una central telefónica en las cárceles de nuestro país a vista y paciencia de Gendarmería y el gobierno tiene que ponerse firme con la empresa proveedora. Hay que perseguir las responsabilidades, hay que cumplir lo que ha dicho Contraloría y es lamentable que esta situación esté pasando.
Sin embargo, no hay que quedarse en la denuncia sino que hay que buscar soluciones urgentes, y yo llamaría al gobierno a buscar mecanismos alternativos, explorar otras tecnologías, otros proveedores porque el crimen organizado instalado en las cárceles sin adecuada segregación, pero además con una central telefónica, es lo peor y es el mayor riesgo para la seguridad de los chilenos y chilenas».
Andrés Longton
«Es escandaloso. Todo el país pensaba que los inhibidores de las cárceles estaban funcionando plenamente. Recordemos que se supone que era el sistema que más protección daba a nivel mundial. Es decir, era lo top en tecnología y resulta que hoy día los presos siguen delinquiendo de la misma manera que lo hacían antes».
«Es decir, vulneraron el sistema y parece que lo vulneraron con mucha facilidad.
Y no solamente lo grave es eso, sino que esto le está costando al Estado 5.600 millones de pesos que es un contrato de 36 meses. Y se han pagado 470 millones de pesos en periodos de abril hasta julio. Entonces la pregunta es, ¿cómo se le paga a una empresa que no está cumpliendo con los requisitos mínimos por los cuales se le contrató? ¿Qué pasó con Gendarmería? ¿Quién verifica esto? Porque si se está pagando es porque uno tiene la certeza de que se está cumpliendo. Pero resulta que se están colgando hasta de las antenas de la Defensoría y del Ministerio Público. O sea, ese nivel de vulnerabilidad están teniendo los inhibidores».
«Entonces le vamos a exigir explicaciones al ministro de Justicia porque esto requiere acuciosidad. Si no están los sistemas para llevarlo a cabo, ¿por qué se contrata la última tecnología si no tienen certeza de que esto va a funcionar? Son valiosos recursos públicos del Estado, de todos los chilenos, que supone que estaban siendo utilizados de buena manera para que no se siguiera delinquiendo en las cárceles. Y resulta que los presos se siguen riendo del Gobierno y de todos los chilenos».
Explicación del Ministerio
«Le vamos a pedir explicación al Ministro de Justicia, en la Comisión de Constitución. Primero, para que nos explique por qué se le está pagando a una empresa que no cumple. Segundo, ¿cuáles son los métodos de verificación? Pareciera ser que son débiles y que no se está verificando precisamente que la inhibición se cumpla. Y en cuarto lugar, que remedie esto lo antes posible, antes que los presos a lo largo de todo Chile vean que esta vulnerabilidad está absolutamente instalada y que pueden delinquir con absoluta tranquilidad».
«Hay 11 cárceles con inhibidores, que es la última tecnología, que es lo que está fallando. O sea, a pocos meses ya está fallando. Y están los 70 recintos penitenciarios que ocupan un sistema de 2G. Entonces, lo que se nos dijo en su momento era que el sistema de inhibidores iba a ir avanzando hacia todas las cárceles de nuestro país. Es obsoleto el de 2G, obviamente que es obsoleto. Los 70 recintos penitenciarios que tienen la de 2G es chipe libre para que puedan funcionar los teléfonos dentro de las cárceles. A eso se reduce».
«Y en los que están los inhibidores, uno al menos debería haber tenido la certeza que esos inhibidores, que están a la vanguardia a nivel mundial, están operando mínimamente bien, pero ya a los pocos meses están siendo vulnerados. Entonces, eso habla que nuestro sistema penitenciario está saturado, está en crisis. Y por lo tanto, si no se resuelven otros temas operativos, difícilmente los sistemas de inhibidores van a funcionar. Y eso tiene que ver precisamente con un tema de gestión, y eso le compete al ministro de Justicia directamente, que pareciera ser que no está llevando a cabo su función de buena manera, al menos en este tema».
Camila Flores
«No es una novedad las falencias que ha tenido históricamente gendarmería con estos usos de tecnologías que lamentablemente fallan. Son licitaciones cuantiosas, gran cantidad de recursos que se disponen precisamente ya sea para inhibir señales telefónicas, para tener todas estas formas de medidas alternativas, cierto, como pueden ser las tobilleras electrónicas para las personas que tienen alguna medida alternativa, alguna medida preventiva, cierto, distintas a la de reclusión o presidio y lamentablemente fallan, no es una novedad».
«Lo de los inhibidores ha sido una problemática constante dentro de gendarmería, ya sea porque no inhiben la totalidad del recinto o porque deja sin señal telefónica a la totalidad de los vecinos circundantes dentro del recinto penal y eso evidentemente son fallas. Ahora, lo más increíble de todo esto es que estas tecnologías son utilizadas en otros países de manera exitosa, pero por alguna razón las empresas que se adjudican las licitaciones en nuestro país no funcionan, no funcionan bien, funcionan mal o funcionan a medias, generando un daño a la población que circunda precisamente estos recintos penales o derechamente no inhibiendo como corresponde a los recintos penales mismos».
Tema histórico
«Ese es un tema que ha sido histórico, hay que ser justos, no es solamente un problema de ahora, de estos últimos tres años, sino que esto viene hace bastante. Lo mismo, insisto, con las tobilleras electrónicas que siempre han tenido fallas respecto a los perímetros en los cuales ellos tienen que resguardar y donde se supone que está ubicado un individuo específicamente que está usando estas tobilleras, esas tecnologías han fallado, no son precisas, por lo tanto esto es lamentablemente seguir repitiéndose la historia y no se aprende de los errores del pasado».
«Uno esperaría que frente a distintas licitaciones cuando, insisto, en otros países se está utilizando este tipo de tecnologías de manera precisa y muy correcta, uno no entiende por qué en Chile no se traen precisamente esas empresas a trabajar.
Gendarmería tiene problemas que son mucho más profundos y estructurales. Gendarmería es una institución, una de las instituciones más importantes a nivel nacional en torno a la persecución del delito, del crimen. Muchos de los problemas que tenemos hoy día en las calles parten precisamente gestándose, orquestándose dentro de las cárceles y nadie, nadie ha querido tomarle el peso ni la importancia a los cambios que se requieren dentro de Gendarmería de Chile».
Gendarmería
«Gendarmería de Chile necesita, para funcionar bien, de tomarse decisiones que sean consistentes. Por ejemplo, entregarles netamente un carácter militar a la institución, con formación militar y que por lo tanto, dejase de ser parte de, en este caso, el Ministerio de Justicia y pasase a ser parte del Ministerio del Interior o del Ministerio de Defensa».
«Ese es un planteamiento que se ha hecho hace mucho tiempo, yo creo que fue un error haber sacado a Gendarmería de Chile dentro de la rama de la militarización como sí lo tiene, por ejemplo, Carabineros de Chile. De ahí se han generado una serie de problemas, de deficiencias y problemas sobre todo en la falta de coraje de tomar ciertas decisiones. Y muchas de estas deficiencias como las que ha encontrado Contraloría el día de hoy, pasa precisamente por las malas decisiones que históricamente se han tomado dentro de Gendarmería».