Un nuevo antecedente que ha resultado clave en la investigación, en el caso Sierra Bella, causa seguida por eventual fraude al Fisco en la compra de un inmueble por parte de la Municipalidad de Santiago a Inmobiliaria San Valentino, es el entregado por los propios tasadores del inmueble, quienes reconocieron a la fiscalía que se conocían entre sí, que incluso mantenían un grupo de WhatsApp común en que compartían información y en el cual participaba una funcionaria de la municipalidad de Santiago. Además, confesaron que fueron juntos a recorrer el inmueble objeto de la tasación cuestionada.
Ello podría explicar la escasa diferencia entre los valores de la propiedad a los que arribaron los tres tasadores que valorizaron el recinto y que fueron contactados por la administración de la alcaldesa Irací Hassler (PC). Y es que a pesar de que en los tres informes los profesionales fijaron montos diferentes a los distintos ítems incluidos, el valor final al que arribaron tuvo una variación de menos de un 1%.
Como se recordará, la Contraloría imputó justamente al municipio, por no haber cautelado el «correcto uso de recursos públicos”, constituyendo una grave, a lo menos, irregularidad.
Las sospechas de quienes apuntan a que eventualmente se pidió a los tasadores llegar a ese precio o que ellos actuaron concertados con un tercero, por lo que en la indagatoria que lleva el fiscal Patricio Cooper se ha centrado en este punto.
Los tres tasadores reconocieron que habían sido contactados por una alta funcionaria del municipio y que, en el transcurso del trabajo encomendado, mantuvieron un grupo de WhatsApp donde ella oficiaba como administradora y se iban compartiendo información. Confesaron, además, que fueron juntos a revisar las dependencias donde Santiago quería instalar su primera clínica municipal, pese a que el requisito que fija la norma es que sean informes hechos con total independencia.
Según La Tercera, la primera en entregar su testimonio fue la tasadora Mylena Cárcamo Valencia, el 8 de mayo pasado, oportunidad en que aseguró que “su amiga” Loreto Fernández, quien se desempeña en la Corporación de Desarrollo de Santiago -y que no había sido mencionada en el caso hasta ahora-, la contactó porque la municipalidad necesitaría tasadores. Así, primero valorizó un inmueble ubicado en Carmen 35 (por el que inicialmente la comuna había mostrado interés) y luego la ex clínica Sierra Bella. Agregó que aunque en primera instancia habían sido funcionarios de la Dirección de Salud los que le entregaron los antecedentes para hacer el trabajo, cuando le tocó evaluar el segundo recinto sólo tuvo contacto con Fernández, quien, además, estuvo presente cuando fueron a visitar el recinto junto a los otros dos tasadores y al dueño de San Valentino, Felipe Sánchez, reconoció la tasadora.
Cárcamo confesó que “Obtuve el informe de tasación del vendedor efectuado por un empresa de ingeniería, cuyo nombre no recuerdo, pero me fue entregado por Loreto Fernández, mediante WhatsApp, de un grupo en el que estaba Loreto como administradora, los otros dos tasadores y yo. De este grupo de WhatsApp me sacaron apenas apareció el primer reportaje referente a la Clínica Sierra Bella”, reconoció. Y si bien dijo haber sido “eliminada” del chat, los funcionarios policiales consultaron si había guardado el registro, a lo que respondió que no. “No le presté mayor atención al eliminarlo del teléfono”, dijo.
El relato del medio, da cuenta que el pasado 15 de mayo fue el turno de la tasadora María José Sepúlveda Sepúlveda, quien también identificó a Loreto Fernández como su amiga. Agregó que recomendó a Patricio Gajardo Rocha, el tercer profesional que tasó la exclínica. “La visita de inspección de la exclínica se gestó a través de Loreto, quien coordinó día y hora para esta visita. Además, ella nos proporciona posterior a la vista los planos, las resoluciones sanitarias, informe de tasación previo, los roles de la propiedad, entre otros documentos”, manifestó.
A su turno, Gajardo, el 22 de mayo, declaró ante los investigadores: “El día 29 de noviembre de 2022, María José Sepúlveda me llama, comentándome que la Municipalidad de Santiago requería efectuar otra tasación, correspondiente al inmueble ubicado en Sierra Bella N°1181, comuna de Santiago, indicándome que la visita era al otro día. Por lo anterior, me apersoné”.
Estos antecedentes son de la máxima gravedad, pues no solo demuestran que los tasadores se concertaron entre sí, sino que además una funcionaria de la propia municipalidad concertó el modo de operar de los tasadores que, supuestamente, debían entregar sus resultados de manera «independiente».
También se recordará, que el propietario del inmueble de Sierra Bella, señaló públicamente que habría sido la propia alcaldesa quien habría dirigido personalmente las negociaciones por el precio.