El documento fue suscrito por varios obispos entre ellos el arzobispo de La Serena y presidente del comité, René Rebolledo Salinas; el vicepresidente y arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse; el cardenal arzobispo de Santiago, Fernando Chomali; el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González; y el secretario general y obispo de Santa María de los Ángeles, Cristián Castro.
En la declaración, los obispos afirman que en el ámbito político “cada persona debe decidir con una conciencia bien formada, cuáles de los candidatos contribuyen de mejor manera a la consecución del bien común”.
Además, destacan la relevancia de “la defensa de la dignidad personal y de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural; el pleno respeto a la libertad religiosa; la protección de la familia, basada en el matrimonio como unión estable entre un hombre y una mujer; y el derecho inalienable de los padres y apoderados a escoger la educación de sus hijos, sin intervenciones que excedan las atribuciones de las autoridades; así como la libertad para emprender, en un marco de justicia y responsabilidad social”.
REPRESENTANTES DE LA IGLESIA
Los representantes eclesiásticos también subrayan que, en el contexto actual del país, “otros bienes deben estar presentes en el discernimiento ciudadano”.
En ese sentido, mencionan “el establecimiento de políticas sociales y económicas que favorezcan un desarrollo armónico y promuevan una justa igualdad de oportunidades para todos; la seguridad pública, que permita realizar las actividades habituales sin temor por la integridad personal; la existencia de un sistema de seguridad social que garantice condiciones de vida dignas para los personas mayores y salarios justos para el desarrollo personal y familiar”.
Asimismo, agregan que “a ello se suma el uso honesto y transparente de los recursos del Estado en la aplicación de proyectos que conduzcan a un verdadero desarrollo sostenido”.
CONFERENCIA EPISCOPAL
La Conferencia Episcopal también enfatiza que “el país necesita dirigentes políticos capaces de promover el diálogo y la amistad cívica, de modo que en el ámbito social exista el intercambio de ideas propio de una democracia, evitando las descalificaciones y el uso malintencionado de la desinformación, que degrada a las personas y a la sociedad”.
Finalmente, los obispos recordaron que “todos debemos rechazar cualquier forma de violencia –física, verbal o mediática– en la actuación pública y política, de manera que gobernantes y ciudadanos aprendamos a construir puentes, no muros, y a trabajar por la paz y la dignidad de todas las persona».