De acuerdo con un análisis actuarial realizado por la Superintendencia de Pensiones, «La sostenibilidad de largo plazo no estaría en riesgo». No obstante, advirtió que las reformas legales recientes podrían modificar ciertos comportamientos, los cuales deberían ser observados a mediano y largo plazo. Hasta mayo de 2025, las Cuentas Individuales de Cesantía acumulaban $10.301 mil millones.
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Este resultado se desprende de la evaluación del diseño vigente del Seguro de Cesantía, cuyas fuentes de financiamiento son tripartitas: aportan trabajadores, empleadores y el Estado.
El estudio se basó en un modelo desarrollado por la Superintendencia que permite proyectar la sostenibilidad tanto del Fondo de Cesantía Solidario (FCS) como de las Cuentas Individuales de Cesantía (CIC), considerando también el impacto potencial de reformas futuras.
INFORME
A pesar de que el informe incluyó las reformas más recientes en su modelo, también subraya que «Dado los recientes cambios introducidos al diseño del Seguro de Cesantía por la Ley N°21.628 y la extensión del Seguro de Lagunas introducido por la reforma de pensiones (Ley N°21.735), no se descartan cambios de comportamiento en la dinámica laboral y en las decisiones de acceso a beneficios por parte de los afiliados, que podrían afectar negativamente la acumulación de los Fondos de Cesantía».
En este sentido, el regulador aclara que, si bien incorporó las modificaciones legales en las proyecciones, no asumió alteraciones conductuales en el análisis.
Por lo mismo, el estudio plantea que «Los cambios estructurales en las dinámicas de comportamiento deberán ser monitoreados cuidadosamente en el mediano y largo plazo. Dichos cambios podrían requerir ajustes en el modelo vigente, el cual se basa en información histórica para estimar las ecuaciones de comportamiento. Por lo tanto, será necesario adaptar el modelo a medida que se disponga de nueva evidencia sobre los efectos de la pandemia y las reformas recientes en el mercado laboral y en los fondos de cesantía».
FACTORES
Asimismo, la Superintendencia sugiere considerar en futuras evaluaciones factores como los posibles efectos estructurales de la pandemia en el mercado laboral, indicando que «Eventuales cambios en la dinámica del mercado laboral introducidos por la pandemia Covid-19» también deben ser tenidos en cuenta.
Según el informe, a diciembre de 2023 el sistema contaba con más de 11,6 millones de afiliados y cerca de 5,2 millones de cotizantes mensuales. Para mayo de 2025, los fondos acumulados alcanzaban los $10.301 mil millones en las CIC y $3.305 millones en el FCS.
PROYECCIONES
Debido a que el Estado realiza aportes anuales al sistema equivalentes a 225.792 UTM (alrededor de $15.194 millones), se requiere una evaluación periódica de su sostenibilidad.
Por ello, la Superintendencia desarrolló este estudio proyectando ingresos y egresos en el tiempo, «Relacionados también con la acumulación y uso de la CIC”, dado que “todos los trabajadores que acceden al FCS deben primero agotar sus ahorros individuales».
El análisis considera tanto la acumulación determinada por variables como tipo de contrato y nivel de ingreso como la desacumulación, producto de los pagos por cesantía, ya sea con cargo a la CIC o al FCS.
El documento también proyecta «La capacidad de acumulación del sistema, es decir, el volumen y la periodicidad con que los afiliados cotizan, ambas variables determinadas por el tipo de contrato y el salario, entre otros».
El informe destaca que esta vez se incorporaron «Varias mejoras y actualizaciones con respecto a los estudios actuariales anteriores. La más significativa se refiere a la metodología de estimación y proyección de la probabilidad de cotizar y el salario asociado a dicha cotización».
SIMULACIÓN
Para ello se simularon dos escenarios: uno base y otro de crisis. En ambos casos se utilizaron 2.000 series estocásticas de rentabilidad, proyectando retornos para cada tipo de activo y así estimar el comportamiento financiero del CIC y del FCS a 12 años plazo.
En todos los escenarios, se concluye que el sistema es sostenible en el largo plazo. El escenario de crisis relacionado con la Ley N°21.628 y eventos como catástrofes o alertas sanitarias plantea «Una caída de 7% en cotizantes a nivel nacional, cada dos años desde el 2025, que resulta en un aumento de beneficiarios del orden de 36% en los meses posteriores».
El documento además señala que «A modo de referencia, para el terremoto de 2010 el aumento en beneficiarios fue de 42% para los tres meses en que se flexibilizaron requisitos de acceso» al Seguro de Cesantía.
INFORME
Sobre los pagos extraordinarios, el informe detalla que «Respecto de los pagos adicionales para beneficiarios que se encuentren en su último giro, se realiza una muestra del 32% de los beneficiarios en pago totales del país y se imputan dos giros adicionales para quienes se encuentren en su último pago».
Como resultado general, el informe concluye que ambos fondos presentan «Una tasa de crecimiento positiva y sostenida durante todo el período de proyección. Las tasas de crecimiento anual de estos fondos en el período proyectado son de 4,9% y 7,5% para la CIC y el FCS, respectivamente. Se observan las caídas de patrimonio en los períodos de catástrofes simuladas».
CRISIS DE EMPLEO
En un escenario alternativo con crisis de empleo, iniciando en enero de 2026, se estima una reducción en la probabilidad de cotizar. Según el modelo, «En promedio, la probabilidad de cotizar disminuye en un 2,7% por cada individuo debido a la crisis, lo que genera una caída del 5,8% en el número de cotizantes en el primer mes, lo que se explica por el aumento en la tasa de desempleo (respecto del total de afiliados) que sube en 4,3 puntos porcentuales en promedio».
Este escenario se inspira en la crisis económica de 1997-1998, donde “la tasa de desempleo aumentó en 4,7 puntos (de 6,4% a 11,1%)”.
Pese a las caídas proyectadas en momentos críticos, el Seguro de Cesantía seguiría siendo viable en el largo plazo. El estudio concluye que «El modelo desarrollado destaca por su mayor robustez en las estimaciones de las ecuaciones de comportamiento, en comparación a los modelos actuariales previos».