Este sábado 12 de octubre el senador Juan Luis Castro (PS) llegó hasta el Hospital San Borja para sumarse a la denuncia de trabajadores del recinto sobre la filtración de aguas servidas en las unidades de Pacientes Críticos (UPC) y de Tratamientos Intensivos (UTI).
El parlamentario declaró que es «inaceptable e insoportable que en pleno siglo XXI, cuando un hospital moderno se supone debe brindarle atención a la gente. Desde hace un año hay filtraciones de aguas servidas que afectan directamente a personas en diálisis, personas con procedimientos invasivos, personas con cáncer, donde hoy día 9 de los 16 pacientes son inmunodeprimidos o tienen cáncer o están sometidos a corticoide».
Expresó que, pidiendo disculpas por la expresión, «está cayendo caca dentro de un recinto sanitario, que atiende a miles de personas de Santiago y regiones».
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Dijo que hace más de un año la jefa de la UPC ha denunciado esta situación, ya que no sería la primera vez que existen filtraciones.
«La paciencia se colmó, hace dos días ellas tuvieron que sacar con baldes, mojadas enteramente de aguas servidas, la cantidad de líquidos que había escurriendo por entre medios de los circuitos eléctricos, y luego llegando hasta el suelo y el piso de las camas, tanto de los residentes como de los propios enfermos», acusó.
Afirmó que el cuerpo directivo del San Borja y del Servicio de Salud han cometido una «negligencia inexcusable», ya que a pesar de las denuncias no han ejecutado ninguna acción que solucione los problemas del hospital.
En tanto, la jefa de la UPC, Francisca Ríos, expresó que «el director me da unas explicaciones que son poco satisfactorias, porque anoche tuvimos que seguir recibiendo pacientes y después de que me llovió caca en la cabeza, seguir recibiendo pacientes tanto en la UCI como en la UTI, trabajando en condiciones indignas».
Comentó que realizaron la evacuación de pacientes ventilados sin ninguna medida de protección, y que después ni siquiera hubo una evaluación por parte de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) ni de los prevencionistas de riesgo sobre su estado de salud.
Personal médico del recinto clínico advirtió que, en caso de que no mejorarán las condiciones de seguridad de los pacientes, podrían verse obligados a cerrar las unidades afectadas.