Esta semana, se dio a conocer que la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) ordenó la paralización del proyecto «Concesión Ruta 66 – Camino de la Fruta», ubicado en las regiones de O’Higgins, Metropolitana y de Valparaíso.
En concreto, se decidió detener la ejecución de las tronaduras proyectadas en el sector 5 (Variante San Juan) en las comunas de Santo Domingo y San Antonio (Valparaíso) por un plazo de 30 días corridos. La medida ya fue autorizada por el Segundo Tribunal Ambiental.
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CONCESIÓN RUTA 66
La iniciativa comienza en el sector de enlace con Pelequén y culmina en el empalme con el acceso al puerto de San Antonio. Tiene una superficie predial de 690 hectáreas, con una longitud de cerca de 138 kilómetros, divididos en cinco sectores.
El objetivo del proyecto es «mejorar, rehabilitar y homogeneizar el perfil de la Ruta 66. Comprendiendo la ampliación a segunda calzada los primeros 26 km, entre Pelequén y Peumo, y la construcción de una calzada bidireccional que podría ser emplazada por la ruta actual o en una variante, para el resto del trazado».
PARALIZACIÓN DEL PROYECTO
La Superintendencia indicó que en el permiso ambiental del proyecto se habla de la probabilidad de usar tronaduras en zonas de corte. Esto, específicamente en los sectores Puente Maipo y Viaducto San Juan.
Mientras que, en la evaluación ambiental, se señaló sobre las tronaduras que «se estima que esta actividad será temporal y localizada en áreas apartadas de la población.
Además de considerar una baja superficie de intervención. Por lo que la adición de estas emisiones al proyecto no constituirá un aumento en la significancia de los impactos».
Asimismo, el titular del proyecto aseveró que «el peor escenario posible» era un total de 20 tronaduras en los sectores Puente Maipo y Viaducto San Juan. «Con un máximo de emisión de material particulado (MP10) de 0.0128 ton/año por sector, es decir, 0.0256 ton/año en total».
DENUNCIAS EN LA SMA
Bajo ese contexto, la SMA ha recibido 13 denuncias ciudadanas respecto a que el proyecto estaría provocando impactos en el medioambiente. Esto, en la afectación de flora y fauna de San Juan, en las viviendas y en la salud de las personas, debido esencialmente al uso de tronaduras.
Por ello, el organismo realizó seis inspecciones ambientales entre septiembre y octubre de 2024, donde se solicitó información sobre las tronaduras.
Finalmente, en enero de este año se formularon otros dos requerimientos de información, para complementar los antecedentes en torno al uso de las tronaduras.
