El candelabro judío ubicado en la costanera de Puerto Montt, región de Los Lagos, amaneció vandalizado con manchas de pintura roja y rosada en gran parte de su estructura, además de la palabra “asesinos” escrita en el mástil con colores verde y blanco.
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El candelabro simboliza la iluminación universal, la luz divina y la sabiduría, y se utiliza originalmente en Jerusalén como emblema judeocristiano.
Con sus siete brazos, alude a los días de la creación y busca ser un símbolo de unión entre todas las religiones.
REACCIONES ANTE EL VANDALISMO
El representante del Consejo de Pastores Evangélicos Amigos de Israel, Marco Melo, vinculó el incidente al senador Iván Moreira, quien previamente se había referido de manera crítica a este símbolo religioso instalado en el Parque Costanera.
Ante estas acusaciones, Moreira, senador de la UDI, ofreció disculpas públicas a la comunidad judía por sus «declaraciones desafortunadas» que pudieron ofender al simbolismo religioso del candelabro.
Ofrecí disculpas públicas al ofender 1 imagen religiosa judía. No soy antisemita lo puedo demostrar 1 ejem:No olvide cuando no lo recibieron en la Moneda,lo defendi x falta cortesía, tb repudie la barbarie de Hamás.Podré? Repudiar a Netanyahu por Genocidio-Exterminio d Palestinos https://t.co/Cgf2Ubjkwn
— Iván Moreira Barros (@ivanmoreirab) December 25, 2024
Por su parte, el diputado Jaime Sáez condenó los actos vandálicos, aunque expresó su desacuerdo con la instalación del candelabro en la costanera. Según Sáez, el daño a la estructura es inaceptable y no debe ser tolerado bajo ninguna circunstancia.
LIMPIEZA Y POLÉMICA
El Consejo de Pastores Evangélicos Amigos de Israel y la comunidad judía actuaron rápidamente para limpiar el candelabro, eliminando las manchas y los escritos con paños húmedos.
No obstante, el incidente desató una nueva ola de polémica tanto en el ámbito político como religioso.
En paralelo, mediante un recurso de protección, se busca garantizar que el candelabro permanezca de forma permanente en la capital regional, lo que ha generado divisiones entre quienes apoyan su instalación como un símbolo de unión y quienes consideran su presencia en un espacio público como inapropiada.
El hecho ha vuelto a poner en el centro del debate las tensiones entre libertad religiosa y los límites de lo que se considera adecuado en los espacios públicos.